viernes, 5 de junio de 2009

Palabras para Julia




La vida es bella, ya verás (…) Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso (de la canción Palabras para Julia)MIRIELA FERNÁNDEZ LOZANO Fue Horacio quien por primera vez me habló de esa canción. Una tarde, en casa de la documentalista Estela Bravo. A ella le debo mi acercamiento a parte de la historia argentina recogida en Quién soy yo, el material que dirigió en el año 2007 sobre la búsqueda de los niños desaparecidos durante la dictadura por las Abuelas de Plaza de Mayo. También fue Estela quien me abrió las puertas para esta entrevista. Horacio hoy. Hasta la fecha son 97 los niños hallados por las Abuelas de Plaza de Mayo. En total fueron 500 los menores desaparecidos durante la dictadura, que comenzó en 1976 con el golpe militar de Jorge Videla y se extendió hasta 1983. Por el documental, sabía que el pasado de Horacio Pietragalla comenzaba en 1976, cuando ya el sosiego había sido exiliado de Argentina por los militares; que su infancia había quedado en una familia ajena a la suya, y que a los 26 años, al conocer que no se llamaba César, sino igual que su padre, empezó a llenar los abismos de su verdadera historia. "Haber encontrado mi identidad ha sido una suerte ––me dice––, pues en mi país hay gente que vive aún en una interrogante interminable. Yo también estaba desaparecido. Y de golpe, recuperé mi verdad, la de mis viejos, volví a tener mi nombre. A pesar de todo, eso es una victoria, una victoria de la vida". En los brazos de su madre Liliana Corti. Sus padres, Horacio Pietragalla y Liliana Corti, dejaron de verse en 1975. El tiempo reveló que ese mismo año Pietragalla fue asesinado en Córdoba por un comando de la Triple A, encargado también de ocultar su rastro en una fosa común. Liliana corrió igual suerte durante un operativo en una casa de Villa Adelina, en los alrededores de Buenos Aires, donde se hallaba clandestina. Era agosto de 1976, cinco meses después del nacimiento de Horacio. "Me contaron que ese día yo estaba con mi madre. A mí me secuestran y luego, un militar llamado Hernán Tetzlaff, quien también se había apropiado de Hilda Victoria, otra hija de desaparecidos, me puso en manos de su emplea-da doméstica. Allí viví sin que se dijera una palabra sobre mi verdadera identidad. "Sin embargo, siempre sentí que no pertenecía a ese lugar. Tuve muchas sospechas. Primero, por las notables diferencias físicas. De niño, La Historia Oficial, una película que relata un caso de apropiación y un contexto muy similar al que yo vivía en aquella casa, me impactó mucho. Después de cumplir los 14 años, leer el libro Nunca Más, en el que aparecían denuncias de las torturas en los centros de detención y donde figuraba el nombre del militar que se decía mi padrino, acrecentó mi incertidumbre."¿Cuándo te decides a enfrentar esas dudas? "En 1996 los tribunales declaran que Hilda, quien había crecido a mi lado, era hija de desaparecidos. Fue un choque muy fuerte. La noticia resultó otro motivo para arrojarme a la búsqueda, y en ese proceso, mi novia de entonces encuentra, en una de las páginas digitales habilitadas por las Abuelas de Plaza de Mayo, que desde años atrás investigaban mi destino, una foto de mi madre. Mi parecido con aquel rostro era extraordinario, demasiado evidente. Los resultados de los análisis genéticos en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que recibí en abril del 2003, cambiaron mi vida."¿Cómo fue el encuentro con tus familiares? "Muy emotivo. Cada vez que las Abuelas de Plaza de Mayo hallan a uno de los niños apropiados durante la dictadura hay un festejo. En mi caso, cuando entré a aquel local, estaban mis tías y compañeros de lucha de papá. Enseguida se sucedieron los abrazos. "Para mí ese encuentro fue muy significativo porque a partir de ahí comencé a reconstruir la vida de mis viejos, a conocer de forma más profunda la militancia juvenil, a involucrarme en su historia. Ahora tengo miles de anécdotas sobre ellos."En ese momento Horacio se detiene. Y siento, cuando regresa de sus pensamientos, la brisa de nostalgia que corre en sus ojos. "Una compañera de mamá me contó que siempre la oía cantar Palabras para Julia, una canción de esa época. Hoy, cada vez que la escucho pienso en ella, la tengo más cerca. Para muchos hijos de desaparecidos son esas pequeñas cosas las que nos ayudan a conocer a nuestros padres, a vivir los recuerdos que no tenemos." Junto a mí están sentados Estela y su esposo, el doctor Ernesto Bravo. A esa altura del diálogo ya no soy la única entrevistadora y ellos, que han seguido la conversación casi desde su inicio, también conducen su rumbo: Estela: ¿Cómo ha sido compartir la labor de las Abuelas de Plazo de Mayo? "Desde que recuperé mi identidad soy miembro de la asociación y no he dejado de colaborar con su trabajo; para mí tiene mucho significado social y político. Como a otros, las Abuelas me lo devolvieron todo. "Entre nosotros, los jóvenes encontrados, existe mucha comunicación, confianza, pues nos unen historias similares. Sin embargo, para algunos aceptar la verdad no ha sido fácil después de vivir tanto tiempo en familias que defendieron la dictadura, bajo esos principios, o bajo un estricto secreto. "El Gobierno de Cristina Fernández ha apoyado a Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas, y hecho esfuerzos para que se haga justicia y los represores sean llevados a los tribunales. Pero hay obstáculos como el pacto de silencio de los militares que dilatan este proceso. Aunque las Abuelas no se detienen. Su lucha ha sido al lado del amor y eso le ha valido el respeto y la ayuda de muchos."





entrevista en cuba x el granma

el viernes, 10 de abril de 2009 a las 10:42

“Un fallo contra los análisis de ADN sería como poner una lápida”

EL PAIS
Las Abuelas de Plaza de Mayo advirtieron ayer en una rueda de prensa sobre el peligro de que la Corte Suprema falle en contra de los exámenes genéticos para identificar a hijos de desaparecidos.

Por Victoria Ginzberg
“Un fallo de la Corte Suprema en contra de los análisis de ADN para los hijos de desaparecidos sería como poner una lápida sobre estos chicos, que están como rehenes, secuestrados e influenciados por sus apropiadores”, aseguró ayer Estela de Carlotto. Las Abuelas de Plaza de Mayo se pronunciaron con dureza contra una eventual decisión del máximo tribunal que trabaría los estudios genéticos para establecer la identidad de los niños, hoy jóvenes, robados durante la última dictadura militar. La institución anunció que, si eso se concreta, va a recurrir a organismos internacionales. “Si tienen hijos y nietos, que entiendan lo que es buscarlos durante tanto tiempo”, dijo, para los Supremos, Angélica Bauer, quien podría ser la abuela de Evelyn Vázquez. La Corte Suprema se apresta a dictar una sentencia referida a Evelyn, una joven que habría nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y sería la hija de los desaparecidos Susana Beatriz Pegoraro –secuestrada cuando estaba embarazada de cinco meses– y Rubén Santiago Bauer. “Sus ladrones la apropiaron siendo una frágil bebita, arrancándola de los brazos de su mamá”, narró Carlotto ayer en una conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. Evelyn fue ubicada por las Abuelas en marzo de 1999. Había sido inscripta como hija propia por el suboficial de la marina Policarpo Vázquez y su esposa Ana María Ferrá, quienes confesaron ante la Justicia que la niña les fue entregada por personal de la Armada. En un primer momento Evelyn accedió a hacerse el estudio de ADN pero luego se echó atrás. Las Abuelas creen que el cambio de postura se debió a “la influencia de su entorno y a los consejos de los abogados de Vázquez”. “Las instancias judiciales nos sitúan en que la solución a esta gravísima situación se encuentra en un dilatado e injusto tiempo en la Suprema Corte. La extracción compulsiva es la única salida para una necesaria reparación. La compulsividad no ha sido nuestro deseo y objetivo, sino recuperar a nuestros nietos robados. Si la inoperancia, errores, malos o equivocados procedimientos de la Justicia llevan a la aplicación de esta situación, la misma deberá resolverse con respeto y mesura”, afirmó Carlotto. Ramón Torres Molina, abogado de la institución, adelantó que ante un fallo contra los análisis de la Corte –que según se prevé va a salir el martes próximo– denunciarán ante organismos internacionales al Estado argentino por violar pactos sobre derechos humanos, como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre Desaparición Forzada de Personas. Angélica Bauer, quien sería la abuela de Evelyn –y sólo el análisis podría disipar esta duda– afirmó que no quiere presionar a la joven. “Ella puede hacer su vida, lo que quiero es la posibilidad de saber si es mi nieta”, aseguró. Silvia Stritzler, la tía del joven que fue anotado como Carlos Ferettón, quien también se niega a realizar el análisis de ADN y en cuyo caso se expidió la Cámara de Casación –en contra del estudio– acompañó a las Abuelas en la conferencia de prensa. “Fallar contra los análisis es encubrir el secuestro del que los chicos y las familias seguimos siendo víctimas. Por eso esperamos que el Presidente de la Nación se pronuncie sobre este tema”, aseguró Stritzler. “Sabemos que Evelyn está mal. ¿La vamos a condenar a seguir viviendo en esta incertidumbre?”, se preguntó Carlotto. Las Abuelas también tienen dudas acerca de por qué ahora la Corte cambiará su jurisprudencia, si cuando los hijos de desaparecidos eran menores de edad, el tribunal convalidaba los estudios genéticos. Entre los periodistas y miembros de distintos organismos de derechos humanos que poblaron ayer la casa de las Abuelas, estaba Horacio Pietragalla, quien recuperó recientemente su identidad. “Hacerse el análisis cuesta, da temor por lo que pueda pasarle a tus ‘viejos’, pero yosabía que había una familia con la esperanza de encontrarme. El análisis no produce daño, el daño fue hecho hace 26 años”, dijo a Página/12.
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Reconstrucciones

OPINION

Por horacio pietragalla corti *

Repasando estos años que convivo con la verdad no puedo dejar de recalcar lo importante que fue para mí saber quién soy. Desde el primer día que recibí el resultado del análisis de ADN sentí la necesidad de poder armar la historia que se me había robado, ocultado. Fueron fuertes las ansias de saber cómo eran papá (Horacio Pietragalla) y mamá (Liliana Corti) en el ámbito social, político y familiar. Claro, era la necesidad de reconstruir la identidad de mis padres, para empezar a reconstruir la mía. Recuerdo como si fuera hoy las preguntas que hacía a amigos y familiares sobre qué música escuchaban, qué los enojaba, cómo sentían. Pero ninguna de las respuestas me bastaba, eso me angustiaba, ya que sentía que nunca podría conocerlos del todo. Hasta que un día, aturdido por pensar cuán injusto fue no poder conocerlos, me miré al espejo y me di cuenta de que tenía que conocerme, para conocerlos a ellos, claro; yo soy parte de ellos. Así también fue sorprendente empezar a comprobar cuánto queda genéticamente tatuado en nuestro cuerpo: saber que esos mariscos que volvían locos a mis viejos, también me enloquecían a mí. Hoy puedo decir que encontrar las respuestas a todas las preguntas que generaban mis dudas no fue fácil; para hallarlas tuve que estar tranquilo y encontrar el tiempo y el equilibrio para poder ordenar las respuestas en los cajones correctos. Hoy ando por la vida sin dudar, y sólo puedo agradecer esto a mis padres biológicos, mis únicos y verdaderos padres, y a las Abuelas de Plaza de Mayo. Pero estas Abuelas que tanto anduvieron no podrían haber logrado lo que hoy lograron sin la ayuda de parte de la sociedad. Las distintas actividades hacen de Abuelas hoy una asociación que no sólo busca a sus nietos, sino también educa en el derecho a la identidad. Teatro X la Identidad forma parte de estas actividades, ya que éste es el quinto año que lleva transmitiendo desde las tablas nuestra problemática y la de toda la sociedad argentina. A las funciones de TXI concurren muchos jóvenes con dudas, por eso basta con que un solo joven se acerque a Abuelas movilizado por el mensaje de las obras, para que el objetivo esté cumplido.* Uno de los jóvenes que recuperó su identidad gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.
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Escudo protector contra los Patti

Cerca de la media sanción para inhabilitar a los represores. Nota en Página 12.


Periodísticas Legislativas 21 de mayo de 2009

Por Diego Martínez

La diputada Victoria Donda.
Imagen: Pablo Piovano
Con decenas de representantes de organismos de derechos humanos en los palcos desde primera hora, la Cámara de Diputados aprobó finalmente anoche el proyecto de ley que inhabilita a imputados por graves violaciones a los derechos humanos a asumir en cargos públicos. La norma la propuso hace ya quince meses la diputada y nieta restituida Victoria Donda, de Libres del Sur, e implicará modificar la Ley de Etica Pública, el Código Electoral y la Ley Orgánica de los Partidos Políticos para impedir que torturadores como Luis Patti, cuya impugnación resolvería hoy el juez electoral platense Manuel Blanco, puedan volver a presentarse como candidatos.
“¡Néstor, la ley para que no asuman represores!”, gritó de palco a palco Horacio Pietragalla, hijo de desaparecidos, al ex presidente Kirchner, presente por la asunción de Jorge Rivas. Como la jura del diputado insumió más de media hora y ya era imposible votar el tratamiento sobre tablas, Donda propuso y consiguió que tres cuartos de la Cámara aceptara apartarse del reglamento y que dos tercios se comprometiera a analizar el proyecto. La tarde pareció consumirse luego en discursos de homenaje a Raúl Alfonsín.
–¡No se vayan! –gritó Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo.
–No nos vamos, se fueron los de la oposición –aclaró tres pisos abajo Agustín Rossi, del Frente para la Victoria, que en noviembre se comprometió sin éxito a tratar el proyecto en comisión. Salvo contadas excepciones, el PRO y la UCR se habían ido del recinto.
La insistencia de Donda, el aguante de Madres, H.I.J.O.S., Familiares, CELS, Hermanos y demás militantes de distintas generaciones y la presión de legisladores del FpV a sus compañeros más remisos dieron al fin su fruto. Poco antes de las diez comenzaron las exposiciones: Remo Carlotto, Marcela Rodríguez, Rossi, Donda, Eduardo Macaluse. Nadie argumentó en contra del proyecto. Donda y demás impulsores pretendían que la “prueba suficiente de participación” en secuestros y torturas alcanzara para excluir a ex represores, pero tuvieron que bajar las pretensiones para lograr consenso. Los sectores duros del PJ condicionaron su apoyo a la exigencia de procesamiento. Así fue. Minutos antes de las once, con 131 votos a favor (todo el FpV, el ARI y el SI), cuatro abstenciones y 123 ausentes, se aprobó la norma en general, que ahora deberá tratar el Senado

“Hay más que una banca en juego”


UNA ABRUMADORA MAYORIA DE DIPUTADOS IMPUGNO EL DIPLOMA DE LUIS PATTICon 212 votos afirmativos, ocho en contra y nueve abstenciones, fue impugnado el diploma del policía por haber cometido crímenes de lesa humanidad. Ahora será tratado por la Comisión de Peticiones, al igual que el de Borocotó, quien sí pudo jurar.
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Patti se despidió después de emitir su discurso y antes de que los diputados votaran en su contra.

Por Adriana MeyerLo intentó, se sentó en la banca, dijo que era “la primera vez que un policía llega a este sitio”, pero se tuvo que ir. La Cámara de Diputados impidió ayer, por enorme mayoría, que el ex subcomisario y diputado electo Luis Abelardo Patti, acusado por gravísimos crímenes de lesa humanidad, asumiera como legislador en el cargo que ganó en las elecciones de octubre, en alianza con el duhaldismo residual. “Lo que está en juego acá no es una banca sino la salud moral de la República”, expresó con toda su voz el diputado Miguel Bonasso durante la caliente sesión preparatoria prevista para la jura de los legisladores y la elección de autoridades de la Cámara baja, mientras la barra de Patti gritaba desde los palcos. “Escucho ‘viva Videla’ y no puedo creer que alguien en el recinto de la democracia grite eso”, se horrorizó ese legislador cuyo discurso era interrumpido en forma permanente por la hinchada del ex subcomisario. Doscientos doce diputados votaron a favor de la impugnación del diploma de Patti, ocho lo hicieron en contra y nueve se abstuvieron. El otro cuestionado de la jornada era el médico Eduardo Lorenzo “Borocotó”, quien sí pudo jurar, aunque lo hizo en medio de un sonoro abucheo. “No miremos la historia con un solo ojo, y menos con el izquierdo”, advirtió Patti cuando se animó a hacer uso de la palabra, mientras desde otro palco le gritaban “asesino”, “cobarde”, “picanero” y “no hay perdón para vos”. Militantes de Abuelas de Plaza de Mayo, entre ellos los nietos recuperados Horacio Pietragalla Corti, Gastón y Manuel Gonçalvez, habían colgado una bandera con la consigna “Patti genocida”. Minutos antes, Pietragalla había saludado arrojando un beso con la mano a Estela Carlotto, quien acudió para la jura de su hijo, Remo. Este diputado fue otro de los impugnantes de Patti. “No puedo imaginar compartir pasillos con alguien que tiene las manos manchadas de la sangre de nuestros compañeros”, dijo Remo Carlotto a su turno. Poco antes de la ceremonia se enfrentaron dos grupos en la puerta del Congreso. Unos gritaban “Patti asesino”, los otros “montonero”, como si fuera un insulto. En las paredes exteriores del Palacio quedaron las pintadas en aerosol en su contra. La sesión que comenzó pasadas las 11 generó un clima de tensión política, similar a la que tuvo lugar en 1999 cuando había resultado electo el ex gobernador de Tucumán Antonio Domingo Bussi. Pero a diferencia de aquella en la que Bussi nunca vino a buscar su cargo, ayer el represor hizo su aparición en el recinto, habló y antes de que se votara la impugnación a su diploma se retiró saludando y diciendo: “Me voy con el pueblo, que es el que me votó”. Patti insistió en que no tiene causas abiertas y vociferó: “La justicia de la democracia me sobreseyó, en esta casa no hay que mentir”.Sin embargo, tal como había expresado Bonasso en su discurso, Página/12 verificó con una alta fuente judicial que el ex intendente de Escobar está procesado por el encubrimiento del teniente coronel Jorge Granada y del coronel Jorge Luis Arias Duval. Estos dos represores, acusados por la desaparición y muerte de varios militantes en 1980, fueron protegidos por Patti cuando la Justicia los requería en ese caso. La Cámara Federal confirmó el procesamiento hace dos años, por lo cual el expediente está a punto de ser elevado a juicio oral. Por este motivo Bonasso había instado a sus colegas a rechazar el diploma de Patti. “De lo contrario estaremos aprobando la impunidad para ponerse a disposición de la Justicia”, exhortó. Diana Conti, Carlos Tinnirello, Claudio Lozano, Eduardo Macaluse e incluso Jorge Vanossi se sumaron a las impugnaciones. La sesión continuó cuando el romerista José Manuel Urtubey leyó las impugnaciones presentadas contra Patti, Borocotó y la kirchnerista mendocina Susana Genem. Acto seguido, la diputada kirchnerista por Convergencia Araceli Méndez de Ferreyra comenzó a argumentar su impugnación contra Patti, pero la barra del represor tapaba su discurso. Luego habló Bonasso, quien comenzó diciendo que “la voluntad popular no es irrestricta, y si se pronunciara por la pena de muerte no podría imponerse”. El legislador acusó a Patti de mentir en cuanto a su situación judicial y en tal sentido enfatizó que tanto la causa por el asesinato de los militantes Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, como la que investiga la desaparición de Gastón Gonçalvez están en pleno trámite. Fue el diputado Tinnirello quien se encargó de recordar el paso de Patti en la intervención de Catamarca durante el caso María Soledad. “Trató de lavarles la cara a los Luque y a los Saadi... el policía perfecto, tratando de desviar la investigación hacia el crimen pasional”, expresó.Patti sólo fue apoyado por el discurso de su adherente Juan Carlos Bonacorsi, y por el duhaldista Jorge Landau, quien hizo una defensa más bien técnica. Al momento de la votación, los ex duhaldistas lo dejaron solo. Los únicos que se pronunciaron a favor de la jura del ex subcomisario fueron los adolfistas María Torrontegui, Luis Lusquiños y Claudio Poggi, los riquistas Hugo Franco, Jorge Garrido Arceo y María del Carmen Rico, y los bussistas Roberto Lix Klett y Eusebia Jerez. Votaron en su contra los diputados del PJ-Frente para la Victoria, el ARI, la UCR, el interbloque PJ puntano, el macrismo, el socialismo, la CTA y la izquierda. Hubo nueve abstenciones, entre ellas la de Borocotó, Luis Barrionuevo, Graciela Camaño y Carlos Ruckauf. Su diploma será analizado ahora por la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, en cuyo ámbito defenderse. Acto seguido se produjo la jura de los diputados agrupados por distrito y según la fórmula elegida. Hubo cierta sorpresa, incluso en el oficialismo por la deserción de Rafael Bielsa, quien ocupará la embajada en Francia en lugar de su banca (ver página 4). Apartándose del protocolo, la entrerriana Blanca Osuna y la chaqueña Gradys Zotto incluyeron a los desaparecidos en su juramento. Llamó la atención que Elisa Carrió prestara juramento sólo por la Constitución y la Patria. Y algunas fotos hubieran querido ser evitadas como la que reunió al kirchnerista Carlos Kunkel con la duhaldista Mabel Müller. El Congreso ayer demostró no haber olvidado las palabras del diputado Alfredo Bravo, cuando durante la sesión contra la asunción de Bussi expresó que de aquella votación dependía que esa institución “siga siendo honorable o reciba el oprobio de la población”.
Página 12; 7/12/05
Disponible en:pagina12.com.ar

Unos 200 bebés fueron robados a sus padres bajo el régimen de la Junta Militar

Miércoles, 27 de febrero de 2008 - 05:55 GMT
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Argentina: testigo clave muerto
Redacción BBC Mundo

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Un ex militar de Argentina investigado por supuesto robo de bebés durante el último gobierno militar (1976-83) fue hallado muerto pocos días antes de que se presentara a declarar ante la Justicia por acusaciones en su contra.
La policía confirmó que un cuerpo hallado el fin de semana en el Hotel Parque que la Fuerza Aérea Argentina posee en la localidad de Ascochinga, provincia de Córdoba, al noroeste de Buenos Aires, es del ex teniente coronel del Ejército Paul Alberto Navone, de 65 años,
Los investigadores hallaron un bala en su cabeza y una pistola cerca del cuerpo.
El cuerpo de Navone fue trasladado a la ciudad de Córdoba para hacerle una autopsia, dijeron fuentes policiales. Los investigadores no descartan la hipótesis de un suicidio.
La jueza de Paraná (Entre Ríos) Myriam Galizzi quería indagar a Navone sobre el destino de los hijos mellizos de Raquel Negro, desaparecida durante el gobierno militar.
Niños "robados"
Según testigos en la causa, Navone integró el grupo de tareas que llevó a la mujer desde un centro clandestino de detención en la ciudad de Rosario (Santa Fe) hasta el hospital militar de Paraná para dar a luz a principios de 1978.
El padre de los mellizos fue identificado como Tulio Tucho Valenzuela, dirigente de la agrupación de izquierda Montoneros y que permanece desaparecido.
El traslado de Negro al hospital de Paraná fue confirmado por el ex agente de inteligencia Eduardo Constanzo, que declaró a la jueza que el mellizo varón murió poco después de nacer, mientras que la niña fue abandonada en la puerta de un orfanato de Rosario.
Defensores de los derechos humanos creen que Navone pudo haber sido asesinado para prevenir que revele detalles de un caso traumático que conmocionó al país.
Lea: Ex ministro detenido por secuestros
Los grupos de derechos humanos estiman que unos 200 bebés fueron robados a sus padres para ser dados en adopción a parejas sin hijos que trabajaban o eran simpatizantes de aquel gobierno, indica el corresponsal de la BBC en Buenos Aires, Daniel Schweimler.
Luego, los padres biológicos desaparecían, "probablemente entre los 30.000 muertos" durante la llamada "Guerra Sucia", agrega el corresponsal.
Se han identificado a 88 de esos niños, que ahora tienen entre 20 y 30 años.
Fueron localizados por abuelas que formaron una organización de derechos humanos conocida como las Abuelas de Plaza de Mayo.
Testigos
Este grupo exhortó a las autoridades argentinas a investigar la muerte de Navone, alegando que podría no ser el primer testigo, en casos de abusos a los derechos humanos, en ser "asesinado" o desaparecido en circunstancias misteriosas.
Se trata del tercer caso de ex militares procesados por crímenes durante el régimen de facto que son hallados muertos en los últimos tres meses.
En enero último, Néstor León López, un prefecto investigado por violaciones de los derechos humanos, fue encontrado muerto en un hospital.
Además, el 10 de diciembre de 2007, Héctor Febres, ex perfecto, fue hallado muerto por envenenamiento con una alta dosis de cianuro.

Primer caso hijo desaparecidos que recupera restos de sus padres

argentina-desaparecidos 16-12-2004


Un joven, que a los cuatro meses de vida fue secuestrado por el aparato represivo de la dictadura militar que imperó en Argentina (1976-83), se convirtió en el primer hijo de desaparecidos que logra recuperar los restos de sus padres.La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo informó hoy, en un comunicado, de que Horacio Pietragalla, quien conoció su verdadera identidad recién a los 27 años de edad, localizó los restos de su madre, Liliana Corti, que había sido sepultada sin identificación a las afueras de Buenos Aires.El joven recuperó su verdadera filiación el 4 de abril de 2003 y, tres meses después, gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, encontró los restos de su padre Horacio, que habían sido inhumados también sin identificar en un fosa común de un cementerio de Córdoba, en el centro del país.'Es el primer hijo (de desaparecidos) que recibe los restos de su mamá y su papá', destaca el informe de las Abuelas de Plaza de Mayo y agrega que la identificación de los restos de Liliana Corti se logró en el denominado Juicio por la Verdad, que tramita la Cámara Federal de la ciudad de La Plata para conocer el paradero de los desaparecidos durante la dictadura.Hasta ahora se conocían unos pocos casos de hijos de desaparecidos que sólo han logrado localizar los restos de uno de sus progenitores.Liliana Corti, estudiante de Psicología, pertenecía a la organización guerrillera Montoneros y junto con su marido desarrollaba trabajos políticos y sociales en un barrio pobre de la capital argentina.Según el comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo, Horacio Pietragalla fue asesinado el 13 de octubre de 1975 y el 11 de marzo de 1976 Corti dio a luz al hijo de la pareja.Cuatro meses más tarde, ya instalada la dictadura en Argentina, la mujer fue asesinada por un comando militar. 'El bebé se encontraba con ella y fue apropiado', señala el informe de Abuelas de Plaza de Mayo.Los restos de Liliana Corti fueron sepultados como 'NN' (sin nombre) en un cementerio de las afueras de Buenos Aires y exhumados en 1984, pero en ese entonces los peritos no lograron identificar el cadáver.El Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en Bolivia en la exhumación de los restos del mítico guerrillero argentino-cubano Ernesto 'Che' Guevara, individualizó los restos de la mujer cuando intervino en el Juicio por la Verdad.Según organismos de derechos humanos, unas 30.000 personas fueron víctimas del delito de desaparición forzosa durante la dictadura, mientras que la Justicia y las entidades oficiales sólo lograron recopilar datos sobre unos 18.000 desaparecidos.

«El militar que me secuestró era como Papá Noel, pero regalaba chicos»



Liliana, Horacio (padre) y Pablito (mrio x una enfermedad a los 3 años)
Horacio, con sus verdaderos padres. ABC
TEXTO: CARMEN DE CARLOS FOTO: ABC
21-9-2003 05:00:04
Celebraba su cumpleaños los 22 de mayo. Creía que había nacido en 1977. Estaba equivocado. Hace seis meses descubrió la verdad. Su madre le trajo al mundo, «un 11 de marzo de 1976. Soy un año más viejo de lo que pensaba». Es Horacio Pietragalla Corti, el último hijo de desaparecidos a manos de la Dictadura, hallado por las Abuelas de Plaza de Mayo. El número 75.
-Yo, en horóscopos, ya no creo más. Antes leía Géminis y pensaba: qué casualidad, acierta en todo. Hasta me hice una carta natal.
Entonces, su nombre era César Sebastián Castillo. Se lo pusieron sus «padres de crianza», gente humilde.
-Siempre me trataron bien. No les hice reproches, veo las cosas positivas pero ocultaron mi pasado.
Hoy están procesados por supresión y falsificación de identidad, pero les levantaron el cargo más duro, el de apropiación indebida. De eso se ocupó, como era habitual en la época, un militar.
-Era como Papá Noel, pero regalaba los chicos de otros.
Le han dicho que tiene gestos del padre que nunca vió y sus amigos están
acostumbrándose a llamarle Horacio. Dejó el trabajo de repositor de cervezas y trabaja en la asociación de Abuelas, donde se han dado casos de jóvenes que se resisten a hacerse la prueba de ADN porque no quieren saber nada de su pasado.
-La verdad no te arruina la vida, la vida te la arruinaron antes. Nadie puede vivir siempre con la duda. Hay que entender que hay una familia que sufre, que necesita saber si eres su nieto, su sobrino... Hay chicos que creen que sus padres no pensaron en ellos, que les llevaron a sitios peligrosos pero se equivocan, todo el país era peligroso y si no tenían hijos, ¿de qué servía su lucha?
«Le había encargado un niño varón»
La historia de este joven de 27 años comenzó a los pocos meses del golpe de Estado de 1976 que derrocó al Gobierno, inútil pero constitucional, de Isabel Martínez de Perón.
-Mi madre trabajó toda su vida como empleada doméstica en el piso de arriba, donde vivía el teniente coronel Hernán Tefzlaff . Un día, mientras limpiaba y servía café, oyó una conversación: el cuñado del militar le había encargado un varón. El hombre ya lo había conseguido: era yo. Me había llevado a una dependencia de la provincia donde me irían a buscar pero la cuñada, por el camino, se había arrepentido. No sabían qué hacer con el bebé. Mi «vieja» tenía miedo de que a ese chico le pasara algo, y pidió quedarse conmigo. El militar no quería, le advirtió de que podía ir presa pero ella insistió tanto que cedió. Fue un alivio, peor hubiera sido que ellos hubieran encargado un nene.
Siempre tuvo dudas
El pequeño Horacio, desde niño, tuvo dudas sobre su origen.
-Aumentaron en la época de la adolescencia, porque a los 11 años ya era mucho más alto que mis padres. Son muy distintos a mí, muy cerrados, les cuesta abrirse y yo soy todo lo contrario, muy expresivo, sociable, me gusta la gente. Son cosas que en una familia vas notando. Además, no veía fotos de mi mamá embarazada por ningún lado, ni ella hablaba del parto. No contaba nada y todas las mujeres hablan de eso, dan detalles.
-Cuando tenía 15 años, que en realidad eran 16, se descubrió que Marisol,
una de las dos hijas del teniente coronel, que además era mi padrino, era apropiada. Todo me daba vueltas en la cabeza pero seguí mi vida. Hoy me arrepiento porque me hubiera gustado saber antes quién era, sobre todo por los seres queridos que no están.
Fue sondeando a vecinos y hasta a su
hermana, -que no es su hermana-, pero decían no recordar,
-Salvo ella, que me lleva siete años. Me dijo: sí, me parece que sí me acuerdo pero no era rotunda.
La búsqueda por la verdad se la debe, en parte, a su novia, Magali Escriu.
-Estaba en casa y mi mamá le dijo: «Cuando me muera se van a enterar de una noticia que es muy fuerte». Me lo contó y de inmediato le manifesté mis sospechas. Nunca habíamos hablado de eso pero decidimos quitarnos las dudas. No lo dije en casa para no lastimar a nadie, por si estaba equivocado. Se fueron a la Conadi, (Comisión Nacional de Derecho a la Identidad) que trabaja con las Abuelas de Plaza de Mayo y descubrió que éstas ya le seguían la pista y habían puesto una denuncia.
-La duda pasó a ser algo más. Magali
se metió en la página web de las Abuelas y fue rastreando caso por caso. Por
la fecha de nacimiento seleccionó uno. Después sacó una foto de una señora con un bebé y me dijo: no hay duda, esta es tu vieja y ese sos vos. Somos muy parecidos, pero me dije, no, no puede ser, me costaba aceptarlo.
La prueba definitiva sería hacerse un análisis de ADN,
-Antes fui a ver a Marisol. Me lo confirmó: su madre, que está bajo arresto
domiciliario y es paralítica, le había dicho que Tefzlaff me había entregado.
Horacio esperó a que llegara el matrimonio que le había educado.
-Primero les dije que ellos eran mis padres, que estaba agradecido, que sabía el esfuerzo que habían hecho para criarme pero que quería saber la verdad, que era muy importante para mí.
Su «vieja» se desmoronó,
-Lloraba y mi padre se puso muy nervioso. Les dije que se tomaran un par de días para acordarse. Volvimos a hablar y me lo contaron todo.
El 11 de marzo el ADN confirmó su identidad y tuvo su primer encuentro con la familia biológica.
-Llegaron mis tíos y empezaron a llorar porque no podían creer el parecido que tenía.
Ellos le contaron que a su padre, del que heredó el nombre, le mató la Triple A (paramilitares del Gobierno de Isabel Perón) en 1975. Un año más tarde, el 5 de agosto, en plena Dictadura, su madre, Liliana Corti, cayó en una operación conjunta de las Fuerzas Armadas y la Policía en Villa Martelli, Buenos Aires. Estaba con el bebé.

Las Abuelas celebran los 90


Padres. Orlando Antonio Ruiz y Silvia Beatriz Daneri fueron secuestrados en 1977. Fueron vistos en la ESMA.
RECUPERARON UNA nueva hija de desaparecidos


Laura conoció su identidad. No quiso hacerse el ADN. Se determinó que creció en la misma familia que se apropió de la diputada Donda.



Laura nació en la ESMA, algún día de agosto de 1980. Allí estaban secuestrados su mamá Silvia Beatriz Dameri, su papá Orlando Antonio Ruiz y sus hermanos Marcelo y María de las Victorias, de apenas 5 y 3 años. El plan de la dictadura para apropiarse de bebés cayó con crueldad sobre la familia. La pareja está desaparecida y los tres niños fueron robados y llevados a distintos puntos del país, para evitar que alguna vez se encontraran. Sin embargo, Marcelo y María de las Victorias recuperaron su identidad en 1989 y 2000, y los resultados de los exámenes genéticos determinaron ahora que Laura, el última eslabón de esta historia, es la tercera hija de Silvia y Orlando. Si bien la joven nunca quiso hacerse los análisis, la Justicia ordenó tomar muestras de sus objetos personales para develar su verdadero origen. Su apropiador es el ex prefecto Juan Antonio Azic, el mismo que adoptó ilegalmente a la diputada Victoria Donda. “Es una mezcla de un montón de sensaciones. Silvia y Orlando están presentes, aparecimos los tres. Al mismo tiempo, tengo esperanzas de que algún día Laura quiera conocernos”, contó a este diario María de las Victorias desde Fighiera, un pequeño pueblo en las afueras de Rosario. En Córdoba, las buenas noticias llegaron para Marcelo por partida doble: el mismo día en que confirmó que Laura es su hermana, nació su primera hija.Desde hace tiempo, Abuelas de Plaza de Mayo y la familia Ruiz Dameri tenían la fuerte sospecha de que Laura era la hermana que Marcelo y María de las Victorias estaban buscando, pero la joven se negaba a realizarse el ADN para corroborar su identidad. Ante esta situación, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría ordenó un procedimiento judicial para tomar muestras de sus objetos personales. Finalmente, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó el martes al juzgado que Laura es, con un 99,99999% de certeza, miembro de la familia Ruiz Dameri.“Estuve el día del parto de Silvia al lado de ‘la huevera’ donde nació Laura. Aunque no tenía nada que hacer en ese lugar, ese día estaba allí ‘Piraña’ (alias del ex prefecto Azic), que la estaba esperando. Jorge Díaz Smith, el responsable del sector 4, se la dio. Tenían un acuerdo, ambos pertenecían a la Prefectura”, recordó Carlos Lordkipanidse, sobreviviente de la Esma. Azic –quien había torturado con picana a Lordkipanidse, con su hijo de 20 días sobre su pecho– se apropió de la pequeña Laura y la anotó como hija biológica suya con el nombre de Carla. Tres años antes, ya había arrancado de los brazos de su madre a otra bebé, también nacida en la Esma: la actual diputada Victoria Donda. Orlando Ruiz y Silvia Dameri, embarazada de 5 meses, fueron secuestrados en mayo de 1980 junto a sus dos hijos de 5 y 3 años. Semanas antes habían regresado de su exilio en Suiza, donde habían viajado en 1977. Según relatos de sobrevivientes, la familia fue vista en la Esma y en la “Quinta de Pacheco” un centro clandestino que utilizaba la Armada en la zona norte del Gran Buenos Aires. “Tengo algunos recuerdos, flashes de cosas fuertes. Pero de mis viejos no me acuerdo”, rememora hoy María de las Victorias, quien convivió con el horror del cautiverio durante largos meses y que, al igual que su hermano, pudo recuperar su historia. Tras ser localizado por la filial Córdoba de las Abuelas, en agosto de 1990 Marcelo conoció su identidad. A fines de 1980 había sido abandonado en la Casa Cuna de esa provincia y luego, adoptado por la familia Heinzmann. Una situación similar vivió María de las Victorias, quien, con apenas 3 años, fue dejada en las puertas del Sanatorio de Niños de Rosario con un cartel que la llamaba “Victoria”. A la niña la adoptó el matrimonio Torres. En 1998 un diario publicó las fotos de algunos hijos de desaparecidos junto a sus padres y Victoria se reconoció. En 1999 se realizó los análisis y el 4 de enero de 2000 confirmó que era hija de Silvia y Orlando. Al día siguiente, Marcelo y Victoria se reencontraron y juntos comenzaron la búsqueda de su hermana menor. Azic, el apropiador de Laura y de Victoria Donda, está procesado y cumple prisión preventiva en una clínica psiquiátrica. Los sobrevivientes de la ESMA no olvidan que, además de robarse a dos niñas, fue uno de los torturadores del Grupo de Tareas que comandaba el ex capitán Jorge “Tigre” Acosta.Historias de hijos robadosLaura Ruiz Dameri es la nieta recuperada número 90, y la segunda en conocer su identidad en lo que va del año. El 22 de abril pasado los resultados de los estudios genéticos confirmaron que Evelyn Vázquez es hija de los desaparecidos Susana Beatriz Pegoraro y Rubén Santiago Bauer. En este caso, también fue la Justicia la que debió ordenar la toma de muestras de objetos personales ya que la joven se negaba al ADN. Después de años de búsqueda, desde hace un tiempo son los propios jóvenes los que se acercan a Abuelas de Plaza de Mayo intentando encontrar datos que pongan luz sobre las dudas que arrastran desde pequeños. Ése fue el caso de Juan Cabandié, actualmente legislador kirchnerista, quien recuperó su identidad a principios de 2003 y que dos meses después, el 24 de marzo, brindó un emotivo discurso frente al edificio de la ESMA, donde dio a luz su mamá. También fue Horacio Pietragalla Corti quien, con sus incertidumbres a cuestas, tocó a la puerta de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para buscar alguna respuesta a sus preguntas. Según estiman las Abuelas, aún quedan más de 400 jóvenes que ignoran quiénes fueron sus padres.Donda, con el mismo apropiadorEn octubre de 2004, Victoria Donda supo que nació en la ESMA, que su mamá se llamaba María Hilda Pérez y su papá José María Laureano Donda. También que ambos estaban desaparecidos y que su tío Alfredo Miguel Donda fue integrante de un grupo de tareas de la ESMA y entregó a su propio hermano y su cuñada a la Armada. Victoria fue apropiada por quien, durante toda su vida, creyó su padre biológico.En agosto de 1977, el ex prefecto Juan Antonio Azic se la llevó del centro clandestino del que formaba parte como torturador, luego de que su madre la diera a luz en pleno horror del cautiverio. Victoria fue el nombre que le puso su mamá el día en que con la misma aguja con que le habían suturado el desgarro del parto perforó las orejas de la bebé para pasarle un hilo azul, en un intento de que fuera reconocida. Sin embargo, tuvieron que pasar 27 años hasta que la ahora diputada nacional recuperara su identidad.


Martina Noailles

A 33 años del último golpe... No aprendemos nada



20-03-2009 / A 33 años del último golpe de Estado, tres hijos de desaparecidos que recuperaron su identidad cuentan sus historias y reflexionan sobre las consecuencias de la represión en la actualidad. “Abuelas va a continuar en nosotros”, prometen.
Por Tali oldman Goldmantaligoldman@revista7dias.com
La cita fue en la sede de Abuelas. Apenas entraron, Vicky, Pedro y Horacio se abrazaron, hacía tiempo que no se veían y se alegraron al enterarse de que compartirían algunas horas juntos. Entre chistes, risas y anécdotas, caminaron juntos como si fueran hermanos hacia la plaza de los dos Congresos. “Es muy loco esto, pero es lo que nos pasa”, explicaron. “Todos los nietos tenemos un vínculo único. Tal vez sólo nos hablamos un par de veces, pero es como si nos conociéramos de toda la vida. Hay mucha empatía y, sobre todo, mucho cariño”. Aunque cueste, para ellos es claro: “por lo general, todos manejamos un mismo manualcito”. Y es que la historia es tan distinta, y a su vez tan igual...
El grabador se enciende y las palabras nacen entremezclando un profundo dolor y una alegría inmensa. El genocidio de Estado sigue mostrando su faceta más terrible. Ellos, el costado más esperanzador.
Identidades.
Pedro Luis Nadal García fue Luis Alberto Ferian hasta 2004. Pensaba que era hijo de un suboficial y su mujer, quienes lo criaron hasta los 29 años. Siendo Luis tuvo dos hijos, y mientras la tercera estaba en camino llegó la orden judicial, la que requería que se hiciera un ADN. A los dos meses dio positivo. Ya no era quien creía ser. Su padre biológico aún estaba vivo, ya que se había exiliado a Francia junto a su otro hijo. Su madre es una de las 30.000 desaparecidas. Lamentablemente no tuvo la suerte de conocer a sus abuelos, quienes fallecieron semanas antes de enterarse de que su larga búsqueda había dado resultado.
Victoria Montenegro fue María Sol Tetzlaff hasta 2001. “El jefe del operativo del que desaparecieron mis papás biológicos, es la persona que me crió y a la cual le digo papá”. Ella no se avergüenza, “yo me crié con los militares. Con mi viejo pasaba el verano y los fines de semana en los cuarteles. Yo estaba enamoradísima de él, para mi era todo”. En el año 1993, el oficial fue alertado por un juez amigo que las “viejas locas” lo estaban “jodiendo” y le pedían que investigara su caso. Como muestra de fidelidad, el letrado archivó la causa y las cosas siguieron el curso normal. “Yo nunca dudé sobre mi identidad y eso era loco porque mi papá era alemán. Alto, rubio, y de ojos verdes. Pero claro, yo quería ser hija de él (risas)”.
Cuando Victoria cumplía los 15 años, la situación parecía no poder dilatarse más y la prueba de sangre se hacía inminente. “Pase lo que pase yo me quedo con vos”, le dijo ella a su padre de crianza. Después de 8 años, el resultado del ADN dio 99.9% que no era hija de quien ella creía ser. “Bueno, no me importa, yo me quedo con mi 0,1%”, chillaba la nena llena de angustia. Pero la verdad estaba frente a Victoria, aunque no la quería ver.
Horacio Pietragalla Corti fue César Castillo hasta 2003. Criado por Lina –la empleada doméstica del coronel Tetzlaff, apropiador de Victoria– y Chacho. Ya desde la adolescencia el muchacho de casi dos metros de altura, a diferencia de la baja estatura de sus apropiadores, tenía dudas. “Mi padrino adoptivo era el milico, me parecía muy raro que el patrón de mi madre de crianza fuera mi padrino. Empecé a buscar su nombre en el libro Nunca más. Y cuando yo tenía 16 salió a la luz lo de Victoria y eso me generó a mí la fantasía. Un día le pregunté a mi hermana de crianza si se acordaba de cuando Lina estaba embarazada de mí y ahí ella dudó”. Después de varios años, Horacio se acercó a la Conadi, y lo que había sido sospecha se convirtió en realidad.La vida despuEs de la vida.
El delito que se le imputa a los apropiadores es el de “secuestro y retención de un menor de 10 años, falsificación de documento y ocultamiento de identidad”. La pena mínima es de 5 años y es carcelable. Ante este panorama, los tres coincidieron en que ya recuperada su identidad, el momento más duro de su vida fue enfrentar a la familia que los había criado hasta ese entonces.“Los primeros momentos seguí viendo a mi madre de crianza, pero no era lo mismo”, confesó Pedro, “ella me fue alejando de alguna manera, a pesar de que yo quise mantener el vínculo. Me hacía sentir culpable de todo lo que le estaba pasando con la Justicia, hasta me amenazó de muerte”.
Victoria encaró las cosas en dirección totalmente opuesta. “No justifico lo que ellos hicieron, sé que está mal, pero soy sincera conmigo misma. Yo los quiero a pesar de todo y por eso sigo manteniendo mi relación. Mi papá falleció el año pasado y a mi mamá la tengo conmigo”. Esto es, según contó, lo que le permitió poder acercarse a su familia biológica paterna y establecer un vínculo al que ella califica como “feliz”. Por el contrario, con su familia sanguínea materna, la relación no prosperó. “Según ellos a mí me crió el enemigo y no pueden respetar que yo los quiera. Lo bueno es que los pude conocer, pero ya no me interesa verlos nuevamente por ahora”.
Horacio fue enfático: “No los odio, lo que siento es decepción. Yo siempre me mostré tal cual era, y ellos no”. Además, contó que en un principio hizo todo lo posible para que ellos estuvieran bien, “logré que estén en una comisaría y no en un penal, que estén juntos, y ellos, en cambio, me decían: ‘por tu culpa estamos acá’. Nosotros somos los víctimas de esto, aunque nos cueste asumirlo, no ellos”.
Pero no fueron solamente ellos los que tuvieron que cambiar su identidad. En el caso de Pedro y Vicky también lo tuvieron que hacer sus hijos. “El más grande no entendía por qué yo lo alejaba de su abuela o por qué yo estaba enojado con ella. Realmente fue muy duro para él también”, relata Pedro. “Todavía el chiquito dice que se llama Tetzlaff –mi apellido de crianza–”, contó Victoria, entre risas. “Ellos conocieron a su abuelo, por eso les cuesta entender que tienen otros abuelos muertos. Yo, igualmente, les digo que él es su abuelo del corazón y que lo van a seguir queriendo siempre, como yo”.
Para ellos, como para el resto de los nietos recuperados, la fecha del 24 de marzo es emblemática. Tristeza, dolor y soledad es lo que sienten cuando marchan junto a la foto de sus padres. Por eso, se horrorizaron tanto cuando por estos días tuvieron que ser testigos de las nefastas declaraciones que exigían “mano dura” o “pena de muerte”. “Esto demuestra que como sociedad no aprendemos nada. No entendemos que no se tienen que buscar soluciones inmediatas, sino que es un proceso. Hay un desprecio tremendo por la vida”. Y coinciden “si queremos recordar a nuestros viejos, es mediante la lucha. Lo que pasa es que todavía como conjunto seguimos con el miedo que instaló la dictadura. El de no meterte en quilombos, no ir a marchar. Todavía hay miedo a la represión”.
“Abuelas va a continuar en nosotros”, concluyeron emocionados casi llegando al final de la entrevista. Además, contaron que el banco genético de datos va a estar dispuesto hasta el 2050, es decir al promedio de vida al que van a llegar. Esto hará que gente de 70 años todavía no conozca su verdadera identidad. “Cómo seguir adelante es un tema que estamos aprendiendo. Pero no se preocupen, esto va a estar vivo siempre”. --
RED DE NOTICIAS DE DERECHOS HUMANOS
POR UN BICENTENARIO SIN IMPUNIDAD PARA LOS GENOCIDAS

"Les debo la mitad de mi vida"

A 28 años del golpe, entrevista con un nieto recuperado

En el 28 aniversario del golpe del 24 de marzo de 1976, Kirchner anunciará la creación del Museo de la Memoria en la ESMA. En esta nota, cómo vive el día Horacio Pietragalla Corti, un nieto que el año pasado recuperó su identidad gracias a Abuelas de Plaza de Mayo. V. K. 24/03/04
"Este 24 de marzo lo vivo distinto, como un damnificado más, con mucho dolor. Y por primera vez, como Horacio Pietragalla Corti, hijo de desaparecidos. Hoy, sigo con la Abuelas porque son las viejas (lo digo cariñosamente) a las que les debo media vida. Nadie me hubiera devuelto esto que es mi verdad, mi historia", dice el joven de 28 años que el año pasado supo que no era César Castillo. Y que no había nacido el 10/05/77 como le habían hecho creer sus padres de crianza en Lugano, sino el 11/03/76, justo el mismo día que confirmaba sus dudas: había sido apropiado ilegalmente.
Ahora puede contar más tranquilo por qué no le cerraba medir 1.90m y tener rulos, mientras sus padres, eran petisitos y "bien de campo". O por qué cuando escuchaba "Desaparecidos", la canción de Ruben Blades, "se me ponía la piel de gallina como a nadie". Lo mismo que cuando veía la "Historia oficial" o consiguió por el portero el libro "Nunca más". Horacio trabaja en prensa y difusión de Abuelas de Plaza de Mayo, "convivo con hermanos que buscan a sus hermanos, a padres que buscan a sus hijos y abuelas que buscan a sus nietos. Lamentablemente, el hecho de que siga existiendo esta organización habla de la falta de justicia que hubo y hay en el país". Pero hasta hace poco, vivía en Lugano, junto a la mujer que trabajaba de empleada doméstica en la casa del Teniente Coronel Hernán Tefzlaff (conocido en Campo de Mayo con el apodo del Gordo José). Quien vivía en el mismo edificio.
"Me enteré de mi verdadera identidad ya pasando la edad de mis viejos, pero sabemos que hay chicos que no saben su verdadera identidad y por eso me da bronca cuando se dice 'hacer una marcha, ya fue'; porque no fue nada. Se están empezando a mover algunas cosas, es verdad, pero los responsables tienen que estar detenidos en serio, no en Campo de Mayo donde los tratan como a ídolos o con arresto domiciliario donde ven cable y disfrutan sus días con sus familiares".
Se acuerda y agrega: "cuando te enterás de la verdad aparece la culpa, un sentimiento que te genera el haber convivido con gente que la tuvo -y mucho-, y te la transmitió durante años. En tipo de reproches, echadas en cara: 'no sé por qué te tuve' o 'no sé por qué hago esto si no lo valorás'. Al principio, salía a defender a muerte a mis viejos de crianza, pero después me di cuenta de que era el mismo delito que hicieron los militares, pero en un ama de casa y un empleado: me dieron una falsa identidad. Me costó digerir eso, pero al tiempo me sinceré e hice como un divorcio, no podés estar en el medio de una situación tan contradictoria. La gente del barrio, capaz que me ve y dice 'abandonaste a tus viejos que fueron los que te cuidaron, qué desagradecido'. Pero no entienden: tuve mambos y pérdidas a nivel personal fuertísimas (como la muerte de mis abuelos biológicos a los que no pude conocer). Y con eso no se jode".

Aparicion con vidaYa!!!!


Compa�eros Identificados por el EAAF en el Cementerio San Vicente


Presentamos una breve reconstrucci�n de la vida de los compa�eros que el �poder desaparecedor� de la dictadura militar orden� enterrar clandestinamente en el cementerio de San Vicente de la Ciudad Capital de C�rdoba para que sus cuerpos nunca m�s sean encontrados.

A lo largo de todos estos a�os, la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia fue sumando el trabajo y los esfuerzos de distintos actores sociales. As� fue como el Equipo Argentino de Antropolog�a Forense (EAAF) a partir del a�o 2003 comenz� a trabajar en C�rdoba en el marco de la causa judicial "Averiguaci�n de Enterramientos Clandestinos" que se tramita en el Juzgado Federal N�3, a cargo de Cristina Garz�n de Lascano, con la actuaci�n como fiscal de Graciela L�pez de Filo�uk. El desempe�o del EAAF en el Cementerio de San Vicente logr� localizar las fosas comunes donde fueron enterrados clandestinamente 92 compa�eros. Hasta el momento los an�lisis gen�ticos realizados lograron identificar y restituir la identidad de 15 compa�eros que estaban desaparecidos, ellos son:
1 - MARIO OSATINSKY
Naci� el 28 de febrero de 1957 en la ciudad de San Miguel de Tucum�n, Provincia de Tucum�n. Hijo de Sara Solars y Marcos Osatinsky.Mario viv�a con su pareja en La Serranita, localidad cercana a la ciudad de Alta Gracia, en la provincia de C�rdoba. Los Osatinsky fueron una familia duramente golpeada por la represi�n. Su padre y su hermano menor fueron asesinados por la polic�a, y su madre estuvo detenida-desaparecida en la ESMA.Mario falleci� por las heridas de balas que le dispararon efectivos militares el 25 de marzo de 1976 a las 22.15 hs. en la Serranita, luego su cuerpo fue inhumado como NN, el 27 de abril de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente. Este mismo d�a el Comando del 3� Cuerpo de Ej�rcito se adjudic� el operativo en el que fue baleado Osatinsky.Su cuerpo fue entregado a la familia el 1 de julio del a�o 2003.
2- LILIANA SOF�A BARRIOS
Naci� el 7 de junio de 1955 en Capital Federal. Hija de R�mulo Roberto y de Eva Esther Oca�o. Estaba casada con Alberto Alejandro Castro con quien ten�an dos hijos y esperaban otro.Fue secuestrada de su domicilio mientras dorm�a con sus hijos. Los testimonios de distintos testigos indican que la polic�a fue la que encargada el procedimiento. Seg�n relato de los vecinos un grupo de personas vestidas de civil se llev� detenida a Liliana y dejaron en el lugar a sus dos hijos.A los pocos d�as sus familiares escucharon por radio la noticia que en un enfrentamiento en Barrio Santa Isabel fue muerta. Falleci� el d�a 7 de abril de 1976. Ese mismo d�a se registra su ingreso a la Morgue del Poder Judicial de la Ciudad de C�rdoba a las 21.00 hs., donde consta que muri� como consecuencia de politraumatismo tor�xico y abdominal causado por m�ltiples impactos de proyectiles de armas de fuego. Sus restos fueron inhumados el 27 de abril de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente de esta ciudad.Sus restos fueron restituidos a su familia el 28 de julio del a�o 2003.
3 - HORACIO MIGUEL PIETRAGALLA
Naci� el 3 de agosto de 1948 en Capital Federal. Hijo de Gerardo Horacio y de Mar�a Ang�lica Ventura.Ten�a un hijo, era trabajador independiente y estudiaba sociolog�a en la UBA.Militaba en la Juventud Peronista y acompa�� a Per�n en su regreso al pa�s.Horacio Pietragalla fue secuestrado junto con Juan Isidro Saucedo y Juan Eduardo Jensen (su cuerpo tambi�n fue identificado por el EAAF en el cementerio de San Vicente) el 15 de octubre de 1975 cuando los tres se encontraban en una confiter�a del barrio Alta C�rdoba. Fue asesinado el 8 de noviembre 1975, en un primer momento sus restos fueron trasladados a la comisar�a de Malague�o (localidad ubicada en frente del centro clandestino de torturas �La Perla�, a 20 Km de la Capital) y luego a la morgue judicial donde en abril 76 es inhumado clandestinamente junto a otras victimas.En el registro de su ingreso a la morgue se indica que las causas de su muerte derivan como consecuencia de traumatismo tor�xico causado por impactos de proyectil de arma de fuego. Fue inhumado el 27 de abril de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue entregado a la familia el 25 de septiembre del a�o 2003.
4 - GUSTAVO GABRIEL OLMEDO
Naci� en �Los Sarmientos� Chilecito, Provincia de La Rioja el 8 de junio de 1956. Hijo de Tom�s Mario y de Hilda Llerina Villegas.Soltero, estudiante de ingenier�a, se encontraba haciendo la colimba. Lo asesinaron el 23 de marzo del 76, cuando resisti� un allanamiento junto a Jos� Luis Nicola y Vilma Ethel Ortiz.Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba el 26 de marzo de 1976, la autopsia realizada a sus restos dan cuanta de su muerte como consecuencia de traumatismo craneal y tor�xico causado por impactos de proyectil de arma de fuego.Sus restos fueron inhumados el 27 de abril de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue entregado a la familia el 23 de octubre del a�o 2003.
5 - HILDA FLORA PALACIOS
Naci� el 8 de octubre de 1951 en la ciudad de Santa Fe. Es la primog�nita del matrimonio de Oscar Gualberto Palacios e Hilda Beatriz Roberto.Fue a la escuela primaria N� 25 Luis Mar�a Drago, la secundaria en el Colegio de las Hermanas Franciscanas donde obtiene el t�tulo de maestra de grado.Cursa tres a�os en la Escuela de Servicios Sociales de Santa Fe. All� comienza a participar en la agrupaci�n estudiantil ARES-TAR Agrupaci�n Resistencia Estudiantil Secundaria de la Tendencia Anti-imperialista Argentina (propuesta del P.R.T. para las universidades).Militante del P.R.T. (Partido Revolucionario de los Trabajadores), fue detenida el 26 agosto de 1972 y luego liberada el 25 de mayo del �73. Su compa�ero H�ctor Ch�vez fue desaparecido el 26 marzo de 1976 en Capital Federal. Ten�an dos hijas: Valeria y Soledad.En mayo de 1977 llega a la ciudad de C�rdoba acompa�ada por sus dos hijas y Humberto Brandalisis. El 6 de noviembre lo secuestran a Brandalisis y posteriormente en horas de la noche Hilda Flora es secuestrada de su casa por miembros del III Cuerpo de Ej�rcito. Ambos son trasladados a �La Perla� donde permanecieron hasta el 15 de diciembre del 77, cuando son asesinados simulando un enfrentamiento en la v�a p�blica. Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba el 15 de diciembre de 1977, muere como consecuencia de shock hemorr�gico traum�tico causado por heridas de bala. Sus restos fueron inhumados con el 3 de agosto de 1978 en la fosa individual B 326 sector nuevo del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue entregado a la familia el 11 de noviembre del a�o 2004.
6 - GRACIELA HAYDE� TORRES
Naci� el 6 de agosto de 1953 en la localidad de Comechingones de la Provincia de C�rdoba. Hija de Daniel Leocadio y de Marcelina Yolanda Bonaldi.Soltera, estudiaba Letras en la Universidad de C�rdoba. Era trabajadora ferroviaria y dirigente gremial en la Juventud Ferroviaria en Lucha.Fue secuestrada de su domicilio, en Mariano Moreno 1135 B� Observatorio, el 29 de junio 1976 por personal militar, en presencia de su madre, Marcelina Yolanda, un vecino, Ignacio D�az, y Maria Elizabeth L�pez, su hermana menor.Cuenta la madre que "siendo las 23:30 horas irrumpieron en mi domicilio un grupo de personas fuertemente armadas, identific�ndose como personal militar, procediendo a esposarme y amordazarme para luego llevarse a mi hija, sin requisar el domicilio. Seg�n los vecinos, se fueron en autos particulares".Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba el 8 de julio de 1976, y muere como consecuencia de los proyectiles de armas de fuego que impactaron en el cr�neo y en el �rea tor�xica. Sus restos fueron inhumados el 22 de julio de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue entregado a la familia el 4 de mayo del a�o 2005.
7 - HUGO ESTANISLAO OCHOA
Naci� el 13 de noviembre de 1933 en la localidad de La Cumbre, departamento Punilla de la Provincia de C�rdoba. Hijo de Isabeliano y de Rosario D�az. Casado con Elena Ramona Cabral, tuvo de 8 hijos. Hugo era militante peronista, empleado publico, chofer del Ministerio de Bienestar Social y delegado gremial.Fue secuestrado de su casa el 12 de noviembre 1975, en presencia de su familia, luego de haber denunciado la presencia de grupos armados que funcionaban en el ministerio.Lo llevaron 5 personas diciendo ser de la Polic�a Federal a las 4 de la ma�ana. Lo sacaron de la casa con ropa muy humilde y le hicieron llevar los documentos. Fue asesinado entre el 12 de noviembre y el 13 de abril de 1976, fecha en que habr�a ingresado a la morgue. Su cuerpo fue entregado a la familia el 5 de agosto del a�o 2005 y a partir del 10 de noviembre del 2006 la escuela nocturna que funciona en la calle Santa Rosa 650 del Barrio Alberdi, lleva el nombre de Hugo Estanislao Ochoa.
8 - ALEJANDRO �LVAREZ
Naci� el 18 de julio de 1947 en Capital Federal. Hijo de Etelvino y de Adelaida Rodr�guez. Era soltero y ten�a una hija. Hab�a estudiado filosof�a en la UBA.Alejandro militaba en el PRT-ERP. Fue asesinado junto a Ricardo Alfredo Franch el 13 de agosto del 76 por personal militar y policial, en el paraje �Quebrada de la Luna�, localidad de Capilla del Monte, Provincia de C�rdoba.Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de esta Ciudad, el d�a 14 de agosto de 1976, donde figura como �fallecido como consecuencia de m�ltiples proyectiles de armas de fuego que impactaron en el cr�neo, f�mur y en el �rea tor�xica�. Posteriormente fue enterrado el 27 de agosto de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Sus restos fueron restituidos a su familia el 31 de Agosto del a�o 2005.
9 - RAFAEL �NGEL GRIMALD
Naci� en Capital Federal el 4 de enero de 1942. Hijo de Rafael Jorge y de Hilda Josefa Heredia. Estaba casado, ten�a tres hijos, era empleado ferroviario y militaba en las Agrupaciones Gremiales Peronistas.Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba el 13 de agosto de 1976, fallecido como consecuencia de la acci�n de proyectiles de armas de fuego que impactaron en el cr�neo y en el �rea tor�xica. Sus restos fueron inhumados el 27 de agosto de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue entregado a la familia el 16 de noviembre del a�o 2005.
10 - CARLOS ANTONIO CAFFERATA
Naci� en la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, el d�a 29 de enero de 1942. Hijo de Juan Bautista y de Mar�a del Pilar Martiarena. Trabajaba como t�cnico radi�logo.El 29 de julio de 1976 se registra su ingreso a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba en el cual consta su fallecimiento como consecuencia de la acci�n de proyectiles de armas de fuego que impactaron en distintas partes de su cuerpo. Su cuerpo fue inhumado en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Sus restos fueron restituidos a su familia el 14 de diciembre del a�o 2005.
11 - MIGUEL �NGEL OLMOS
Naci� en la ciudad de C�rdoba el 4 de Agosto de 1957. Hijo de Leandro Francisco Olmos y de Argelia Erminda G�mez.Soltero, de profesi�n alba�il.Desapareci� el 13 de julio del 1976 cuando sali� de su casa a comprar cigarrillos, en compa��a de un amigo.Ingres� a la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de C�rdoba el 16 de julio de 1976, fallecido como consecuencia de politraumatismo craneal y tor�xico causado por impactos de proyectil de arma de fuego. Sus restos fueron inhumados el 22 de julio de 1976 en una fosa com�n del cuadro C del Cementerio San Vicente.Su cuerpo fue identificado el 14 de diciembre del a�o 2005.
12 - GUILLERMO DANIEL B�RTOLI
Naci� en la localidad de La Carlota, Provincia de C�rdoba, hijo de Mario Argentino y de Irene Pabla Gauna. A punto de cumplir los veintis�is a�os Daniel B�rtoli fue asesinado por personal del Ej�rcito el 25 de mayo de 1976. Cuatro balas impactaron en el cr�neo y en el t�rax, seg�n se desprende de la autopsia realizada por los antrop�logos. Su cuerpo fue entregado a la familia el 23 de Febrero del a�o 2007.
13 - JUAN EDUARDO JENSEN
Naci� el 25 de mayo 1946 en Villa Rica, Gauyra, Republica del Paraguay. Pas� su infancia y adolescencia en la ciudad de Posadas, Misiones. Estudi� Ingenier�a en la ciudad de La Plata, donde el 29 de enero de 1971 contrajo matrimonio con Mar�a Graciela Gonz�lez. Juan Eduardo ten�a 27 a�os cuando fue secuestrado, estaba instal�ndose en C�rdoba. Su compa�era tambi�n fue detenida el 1 de Septiembre de 1976 y secuestrada en el Centro Clandestino de Detenci�n y Exterminio �La Perla�. Su cuerpo contin�a desaparecido.Juan Eduardo Jensen era militante de la organizaci�n Montoneros, fue secuestrado junto con Horacio Pietragalla (su cuerpo fue uno de los primeros identificados por el EAAF en el cementerio de San Vicente) y Juan Isidro Saucedo el 15 de octubre de 1975 cuando se encontraban en una confiter�a del barrio Alta C�rdoba. Un comunicado de la secretaria de seguridad de la provincia indic� que Jensen hab�a sido arrestado y liberado el mismo d�a, cosa que nunca sucedi�. El genocida H�ctor Pedro Verg�z asevera en su libro �Yo Fui Vargas�, que �l particip� en el secuestro y tortura de Jensen.Su cuerpo fue entregado a la familia el 14 de Marzo del a�o 2007.
14- PABLO DANIEL ORTMAN
Eera obrero de la empresa SanCor y formaba parte del Sindicato de Lecheros, cuando sus familiares perdieron contacto con �l. En julio de 1976 fue secuestrado por los grupos de tareas que operaban en C�rdoba durante la dictadura y de acuerdo a los relatos de quienes sobrevivieron al calvario del Centro Clandestino �La Perla� se pudo reconstruir el paso de Pablo Daniel por este centro de torturas y exterminio.
A fines de 1979 sus familiares presentaron un recurso de h�beas corpus y como respuesta recibieron la informaci�n brindada por las autoridades de la IV Brigada Aero Transportada que con fecha del 13 de julio de 1976 indicaba: "al producirse un enfrentamiento entre fuerzas del III Cuerpo de Ej�rcito con subversivos, Ortman fue abatido�. Este era uno de los cl�sicos recursos que utilizaban los genocidas para �blanquear� sus asesinatos aberrantes.Su cuerpo fue entregado a la familia el 9 de octubre del a�o 2007.
15- JUAN CARLOS SU�REZ
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Secuestrado el 9 de julio de 1976 en la ciudad de C�rdoba, sus restos fueron encontrados en el Cuadro C del cementerio San Vicente y, seg�n la Justicia, hab�an sido inhumados el 22 de julio de 1976 en el primer piso de la fosa com�n.
Su�rez, de 22 a�os, hab�a sido encontrado sin vida el 19 de julio de 1976, en el predio donde se estaba construyendo el Estadio C�rdoba, seg�n arroj� la causa judicial "Averiguaci�n de Enterramientos Clandestinos".
El cuerpo fue hallado con una soga de pl�stico alrededor del cuello y, seg�n el peritaje forense, la causa de su muerte fue asfixia.
El primer paso para la identificaci�n del cuerpo se dio en 1997, cuando el Juzgado de Instrucci�n de Cuarta Nominaci�n de C�rdoba determin� que las fichas necrodactilares de 1976, anotadas a nombre de un NN masculino adulto, se correspond�an con la planilla prontuarial de Juan Carlos Su�rez.
Sin embargo, reci�n ahora, con la realizaci�n de un an�lisis gen�tico, la jueza Garz�n de Lascano pudo determinar "con certeza" que los restos pertenecen a Su�rez.


Sus restos fueron entregados a sus familiares el 24 de septiembre de 2008.

Films Desaparecido


26/03/2008
En este documental, el director estadounidense Peter Sanders reconstruye la trágica historia de un hijo de desaparecidos apropiado por los militares, que logró descubrir su verdadera identidad.
Título original: The disappearedGénero: DocumentalDirector: Peter SandersGuionista: Peter SandersOrigen: Estados UnidosAño: 2007Duración: 96 minutos____________________
SALAS y HORARIOS para ver "Desaparecido"
“The Disappeared” revive el horror de la guerra sucia en Argentina (1976-1983), a través de la experiencia de Horacio Pietragalla, un joven que creció sin conocer su verdadera identidad, apropiado por un oficial que lo secuestró después de asesinar a sus padres.
La película sigue sus pasos, primero durante el proceso que se inicia con la búsqueda por saber quien es y luego en su necesidad de conocer la causa por la cual sus padres dieron la vida. A través de esta búsqueda consigue recomponer su identidad. Su viaje personal se entrelaza con la tragedia que azoló al país durante 7 años, exponiendo los polarizados puntos de vista del terrorismo de estado en entrevistas con jefes militares, cuyas opiniones se enfrentan con la verdad incontrastable que muestra la realidad
Siguiendo los pasos de su padre y su tío, Denis y Terry Sanders, documentalistas ganadores de 2 Oscar, se inicia en el largometraje en el mismo género, cuando de visita en Buenos Aires en el año 2003, se entera de la noticia de la recuperación de un nuevo hijo de desaparecidos durante la dictadura militar.
Impactado por los pormenores conocidos y acostumbrado a realizar investigaciones por su trabajo, decide indagar el caso en profundidad, con la rigurosidad de un historiador, y filmar a todos los protagonistas, desde Horacio Pietragalla, un joven que siempre dudó sobre su verdadero origen y para intentar conocerlo se contacta con Abuelas, pasando por los familiares sanguíneos, las personas que lo criaron, militares y periodistas. El resultado, concretado luego de varios viajes desde Estados Unidos a Argentina, es THE DISAPPEARED, un documental donde se pueden conocer todos los puntos de vista y sacar cada uno sus propias conclusiones.

El aporte de la ciencia al derecho a la identidad



Coloquio anual de Abuelas de Plaza de Mayo

El jueves 30 de noviembre se realizó en la FCEyN la segunda jornada del Coloquio Interdisciplinario
de Abuelas de Plaza de Mayo, sobre el aporte de las ciencias al esclarecimiento de la identidad de las personas. Estuvieron
presentes la Presidenta de Abuelas, y prestigiosos investigadores
que trabajan en el tema.
Como continuación de la jornada del 29 de noviembre en la Facultad de Derecho,
el jueves 30 el encuentro contó con la presencia de Estela de Carlotto, Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Ángel Carracedo Álvarez, Director
del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela; Horacio Pietragalla, nieto recuperado; Pablo
Coll, investigador del Departamento de Computación de esta Facultad, y Viviana Bernath, Doctora en Ciencias Biológicas y Directora de Genda, laboratorio de Genética
y Biología Molecular, entre otros.
La determinación del vínculo biológico entre
las personas ha sido una preocupación desde tiempos lejanos, en particular, para establecer la paternidad. Pero hasta el siglo
XX, el único parámetro concreto para dilucidarlo era el parecido físico, que daba lugar a interpretaciones subjetivas y tenía
un gran margen de error. Si bien a partir de 1900 comenzaron a hallarse métodos más objetivos, fue recién desde la década de 1980 que el análisis de las huellas genéticas
impresas en el ADN permitió aumentar la certeza.
“Nosotras, con esa ilusión de recuperar el nieto, mirábamos las caritas de los bebés
pensando que íbamos a encontrar los ojos del hijo o de la hija, el color de pelo. Una ilusión absurda, pero no nos dábamos cuenta. A veces seguíamos a una pareja
que llevaba a un bebé que se parecía al hijo nuestro, o a la hija. Pero la mamá era igual al niño”, relató Carlotto, haciendo
referencia a los primeros momentos de la dictadura en que las abuelas iniciaban la búsqueda de sus nietos nacidos en los centros clandestinos de detención.
Pero el parecido físico, o la ausencia de parecido, también fue un disparador para iniciar la búsqueda de la identidad, como fue el caso de Horacio Pietragalla, uno de los últimos nietos recuperados. Horacio relató
que, a partir de los 15 años, reparó en que sus rasgos físicos eran diferentes de aquellos que decían ser sus padres. Esa discrepancia, sumada a otros factores, lo llevó, diez años después, a encontrar a su familia biológica y conocer su verdadera historia. Pero la última palabra la daría la prueba del ADN.
La búsqueda incansable
Las abuelas pronto comprendieron que, para hallar a sus nietos, debían encontrar un parámetro que les ofreciera certeza. La esperanza la dio una noticia del diario: con un análisis de sangre un hombre había podido
determinar su paternidad. Pero en el caso de los nietos, los padres no estaban. ¿Serviría la sangre de las abuelas? “Así iniciamos
la búsqueda, visitamos muchos países,
hasta que en Estados Unidos encontramos
a genetistas argentinos, exiliados, como Víctor Penchaszadeh (del Albert Einstein
College of Medicine de Nueva York), que nos recibieron con los brazos abiertos. Investigaron, y al año siguiente tenían una respuesta categórica: con la sangre de la familia materna podía reconstruirse el mapa genético de los hijos que no están, y así restablecer
el vínculo. Es lo que se llamó índice de abuelidad”, detalló Carlotto.
De esa manera nació el Banco Nacional de Datos Genéticos de familiares de niños desaparecidos, que funciona en el Hospital Durand, y se convirtió en ley nacional en mayo de 1987, reglamentada en 1989. “A partir de ese momento, llenamos ese banco
con nuestra sangre. Y esperamos a los nietos”, expresó la presidenta de Abuelas.
“Existe un proyecto de ley que estamos tratando en el Congreso para crear el Instituto
Nacional de Datos Genéticos”, anunció
en el Coloquio el doctor Luis Alén, Jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos, quien participó en reemplazo del doctor Eduardo Luis Duhalde.
Lo cierto es que hoy la genética forense representa una ayuda inestimable para los jueces. “Hay en el mundo alrededor de 700 laboratorios y 3500 expertos que trabajan en la identificación de huellas genéticas”, comentó
el genetista español Ángel Carracedo Álvarez, catedrático de medicina legal en la Universidad de Santiago de Compostela.
El avance en las técnicas
Carracedo enumeró los hitos principales en el perfeccionamiento de las técnicas para determinar la identidad biológica. Los métodos
inciales (de las primeras décadas del siglo XX) consideraban los grupos sanguíneos
ABO (antígenos tipo A ó B). En 1940 se descubrió el sistema Rh que luego permitió describir nuevos subgrupos sanguíneos. “De todos modos, lo único que se podía saber con certeza era si el padre presunto no era el padre biológico. No se podía determinar la inclusión”, comentó el especialista.
Más tarde se descubrieron los antígenos de histocompatibilidad, el HLA (Human Leukocyte
Antigen), pero no se podía aplicar con material deteriorado. Hoy, este método se emplea en transplantes de órganos.
En 1985, Alec Jeffreys, de la Universidad de Leicester, halló la técnica de la huella genética,
basada en los microsatélites, secuencias
cortas de ADN que no codifican para proteínas, están muy repetidas y muestran gran variación entre las personas.
El desarrollo posterior de la técnica PCR (reacción en cadena de la polimerasa), una suerte de fotocopiadora genética, hizo posible amplificar los pequeños fragmentos
de ADN.
“En 1996 ya éramos capaces de tener resultados,
en menos de cinco horas, a partir de una muestra del tamaño de una cabeza de alfiler, y con una probabilidad de coincidencia
de 1 en 30 millones de personas”, afirmó Carracedo, y luego subrayó: “Pero éste no es sólo un trabajo analítico, sino también de interpretación. Además, una tarea estadística
muy compleja y que requiere gran entrenamiento,
tanto en el cálculo como en la comunicación de los resultados”.
Otro hito fue el análisis del ADN mitocondrial,
que se hereda sólo por vía materna, y que resolvió muchos casos en que las muestras estaban muy degradadas, ya fuera por la antigüedad o por las malas condiciones de conservación. Este método
es una gran ayuda por el simple hecho de que en cada célula tenemos un solo núcleo,
pero muchas mitocondrias.
OTRO APORTE PARA ORGANIZAR LA INFORMACIÓN
Además de la genética forense, las Ciencias de la Computación y la Minería de Datos (Data mining) podrán aportar al esclarecimiento de la identidad, como describió el doctor Pablo Coll en la conferencia que inició el Coloquio. El equipo de investigación integrado por Coll, Inés Caridi, Claudio Dorso y Pablo Balenzuela, todos investigadores
de esta Facultad, colaboran con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en la elaboración de técnicas para formalizar el tratamiento de la información. El proyecto se inscribe en el Programa de desarrollo científico del EAAF y convoca también a estudiantes de grado y graduados interesados en la aplicación de herramientas
y conocimientos para facilitar la tarea de identificación y la organización de la documentación sobre violaciones a los Derechos Humanos (ver Cable Nro. 623).

Desaparecido, un documental sobre los años de plomo



February 29th, 2008 Gustavo Camps Posted in Actualidad de Cine, Documentales, General

El documentalista Sanders y Horacio Pietragalla
El largometraje documental, Desaparecido (The Disappeared), del historiador y periodista norteamericano Peter Sanders se estrenará el 27 de marzo en la Argentina.
Siguiendo los pasos de su padre y su tío (Denis y Terry Sanders, documentalistas ganadores de 2 Oscar) Sanders se inicia en el género documental –largometrajes- cuando de visita en Buenos Aires en el año 2003 se entera de la recuperación de otro hijo de desaparecidos durante la dictadura militar: Horacio Pietragalla Conti.
Impactado por los pormenores conocidos, y acostumbrado a realizar investigaciones por su trabajo, el cineasta-reportero decidió indagar el caso en profundidad, con la rigurosidad de un historiador, y filmar a todos los protagonistas, desde Horacio Pietragalla Conti, un joven que siempre dudó sobre su verdadero origen, pasando por los familiares sanguíneos, las personas que lo criaron, militares y periodistas.
El resultado, luego de varios viajes entre Estados Unidos y la Argentina, es The Disappeared, un documental donde cada cual puede conocer todos los puntos de vista del caso Pietragalla y sacar sus propias conclusiones.
Desaparecido fue galardonado con el Premio Especial, como Mejor Documental en el Hollywood Film Festival 2007. También fue promovido por la Dirección General de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación Argentina, por su alto interés artístico.
Otro aporte importante a este documental, es la musicalización, realizada por el prestigioso músico argentino radicado en París, Gustavo Beytelmann, que compuso la música original en su estudio de Francia y realizó junto al director la regrabación de la misma en el mes de Julio de 2007 en Buenos Aires. La banda musical será editada por EMI, coincidiendo con el estreno del documental.
Para el montaje del filme el director contó con los servicios de, Barry Malkin, colaborador en numerosas películas de Francis Ford Coppola. Matt Spewak estvo a cargo de la edición.
La producción estuvo a cargo de Peter Sanders, para Eight Twelve Productions, que también se ocupó en la dirección de fotografía y colaboró en el montaje.. Marcela Blanco trabajó en la investigación de archivo

Las Abuelas de Plaza de Mayo buscan niños robados en España



Cerca de 100.000 jóvenes nacidos en Argentina durante la dictadura residen en el país.

Horacio Pietragalla, hijo de desaparecidos de la dictadura militar argentina, el pasado jueves en la avenida de América de Madrid. GABRIEL PECOT
En su casa no había fotos de su madre embarazada. Tampoco de él como recién nacido. Sus casi dos metros de altura no se explicaban con la estatura de sus padres. Su carácter tampoco encajaba con el resto de la familia y su padrino, el teniente coronel Hernán Tezflaff, fue uno de los represores de la dictadura militar argentina, que se prolongó desde 1976 hasta 1982. Horacio Pietragalla (Buenos Aires, 1976) acudió en 2001 a la asociación Abuelas de Plaza de Mayo porque tenía dudas sobre la veracidad de su identidad como César Sebastián Castillo. Sus dudas se confirmaron. Su verdaderos padres murieron torturados en 1976.
Horacio fue el identificado número 75 de los 98 bebés robados por los militares golpistas que ya han encontrado su verdadero nombre. Todavía quedan sin identificar unos 300 treintañeros que fueron robados a sus padres biológicos. “Los militares les perseguían, torturaban, mataban, robaban a sus hijos y los entregaban a una familia cercana. Es decir, que vieron crecer a esos niños a los que habían dejado huérfanos”, reflexiona Pietragalla en una cafetería de Madrid.
“Vieron crecera esos niños a los que habían dejado huérfanos”
Las campañas en Argentina para la búsqueda de estos casos están muy extendidas, sobre todo después de que el Gobierno de Néstor Kirchner levantara el veto judicial a la dictadura establecido por el primer presidente democrático en Argentina, el recientemente fallecido Raúl Alfonsín. Esta asociación busca ahora entre la joven emigración argentina de España e Italia a posibles bebés robados por los militares. “Entre los 100.000 que hay en España, alguno tiene que haber seguro”, cree Pietragalla. Los nacidos en la dictadura son mayoría entre los 97.000 argentinos que viven en España, según el INE.
El día que la prueba genética confirmó en 2001 sus sospechas se celebró en la sede de Abuelas como una fiesta. “Saber la verdad fue para mí positivo y gratificante. El mismo día conocí a mis tíos y primos y, desde entonces, estoy reconstruyendo la vida de mis padres”, recuerda Pietragalla. La recomposición de sus vidas le conectó con el Equipo Argentino de Antropología Forense, famoso por ser el grupo que identificó los restos del Ché Guevara en Bolivia.
Tirado en una cuneta
Se ha identificado a la cuarta parte de los 400 bebés que fueron raptados
Los antropólogos cruzaron los datos del ADN de Horacio con los obtenidos en su banco genético de restos exhumados y hubo éxito. El cuerpo de su padre, Horacio Pietragalla, había sido encontrado en 1984 en el cementerio de la ciudad argentina de Córdoba. Un cuerpo de un hombre de gran estatura fue encontrado al borde de una cuneta en 1975 con un disparo en la cabeza. Aún no había sucedido el golpe militar, pero los grupos paramilitares ya trabajaban en la dura represión, que dejó 30.000 desaparecidos en apenas cinco años. Los padres de Pietragalla militaban en el grupo clandestino peronista de losMontoneros.
La reconstrucción de la muerte de su madre, Liliana Corti, fue, si cabe, más dolorosa. Viuda y con un hijo al que llamó Horacio en honor del padre ya desaparecido, fue sorprendida por una redada en un piso donde se escondía con dos camaradas. Los militares de la Triple A los asesinaron. La familia de Liliana le contó a Horacio que ella había tratado de esconderlo en la bañera. Sin embargo, los militares le encontraron y el teniente coronel Hernán Tezlaff se encargó de buscarle una familia. Este militar, del que Horacio siempre sospechó, fue procesado como autor de un segundo caso de robo de bebés.
El caso de Horacio es uno de los pocos que han sido contados por el protagonista y víctima. Horacio y Abuelas buscan dos objetivos: convencer a los jóvenes con dudas de que comprueben su identidad y conseguir que la memoria impida que la historia se vuelva a repetir.
Fuente: Público.es 3 de mayo de 2009

“Yo quería saber a quién me parezco”


La semana próxima se estrena Nietos, un film documental dirigido por Benjamín Avila, hijo de desaparecidos y hermano de un chico recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. Testimonios del drama que no terminó.
Por Mariano Blejman

Benjamín Avila, Horacio Pietragalla Corti y Claudio Goncalves. La lucha por saber quién se es.
Generar la duda, pero guiar la pregunta hacia un destino cierto: acabar con el misterio de una identidad truncada por las atrocidades cometidas desde el terrorismo de Estado. No son pocos objetivos para una película como ésta: Nietos, del realizador Benjamín Avila, cuenta la historia de hijos apropiados durante la dictadura militar (1976-1983), en el mismo momento que dos apropiadores –Miguel Etchecolatz y Jorge Bergés– empiezan a ser juzgados en La Plata por el secuestro y sustitución de identidad de Carmen Gallos Sanz, nacida en cautiverio. “Todo esto sucede porque nunca hubo justicia”, dice Avila en entrevista con Página/12. Y la cuenta desde el lado más íntimo que puede contarse la historia: desde la sensación de la ausencia de un hijo por sus padres. Obviamente, tampoco es una fecha casual el día de estreno: 25 de marzo, a 28 años del aniversario del golpe. En esta nota, además del director, hablan Horacio Pietragalla Corti y Claudio Goncalves, hijos de desaparecidos que recuperaron su identidad, y que ahora dan la cara en la película que surgió desde el vientre de Abuelas de Plaza de Mayo, con la producción de Daniel Cabezas.–¿Qué busca con Nietos?Benjamín Avila: –Queremos lograr un proceso de identificación a partir del documental: que lo vean los chicos y se identifiquen, que se comprenda desde otro lado. Tengo un hermano que era bebé cuando fue expropiado, lo encontramos gracias a Abuelas en 1985. El se crió en una familia distinta a la mía. Pero había algo que no le cerraba en su historia. Motivar la duda en aquellos que tengan preguntas.–¿Cómo llegó a dirigir esta película?B.A.: –El productor Daniel Cabezas viene haciendo la comunicación audiovisual de Abuelas de Plaza de Mayo desde hace tiempo. Lo conocí en el 2002 en Italia, cuando fui a recibir el premio Taormina, por el corto La gotera. El presidente del jurado era Kierostami. Daniel, casualmente, había cuidado a mi hermano en México, cuando tuvimos que exiliarnos. Mi mamá era pareja de Horacio Mendizábal, yo estuve exiliado en Cuba –fui profesor en la escuela San Antonio de los Baños– y mi otro hermano, Martín, estuvo exiliado en México. Un día, Daniel me llamó y me dijo: “Estoy terminando esto, pero no me gusta cómo está quedando. Quiero hacerlo de nuevo”. Y la hicimos de nuevo.–¿Mostrarse es un paso en la reafirmación de su identidad recuperada?Claudio Goncalves: –Se trata de contar la historia a partir de la verdad. De saber en carne propia el peso que tiene, para uno, sentirse identificado. Nosotros sabemos que esta película es resultado de una historia difícil, pero puede servirle a otro.Horacio Pietragalla Corti: –Es necesario concientizar. Yo me crié en Lugano, un barrio donde el 80 por ciento de la gente quería que volviesen los militares. Hay que mostrar la realidad y el dolor, y contar lo que pasó. Pero además, hago terapia con esto. Nosotros tenemos que hablar, por los nuestros, por los que ya no tienen voz.–¿No les preocupa el nivel de exposición?B.A.: –Claudio trabajó en la producción, sabe bien que en muchos casos queríamos que hablara gente que no quiere hablar. Pero no se puede forzar a nadie para que hable, porque uno pone su vida. Con los entrevistados logramos situaciones muy íntimas, donde se develan muchas sensaciones.C.G.: –Mi hija tiene tres años y medio, le estoy hablando de a poco del tema. Hace unos meses viajé con la “Red por la identidad”. Desde Abuelas se intenta facilitar el acercamiento de gente que tiene dudas sobre su identidad y vive en el interior. Esa gente, si quiere hacer una consulta confidencial en Abuelas o la Conadi, tiene que venir hasta Buenos Aires, tiene que mentir en su casa. Entonces vamos a buscarlos. En uno de esos viajes Martina, mi hija, me preguntó dónde iba y le dije que iba a buscar a unos chicos que unos señores se habían robado. Cuando volví me preguntó: “¿Encontraron a los chicos?”. Ellos sí van a crecer con la verdad. –Es la generación de los bisnietos...B.A.: –Los bisnietos son la mejor prueba de que la vida continúa. Ellos se van a parar ante la historia, los hijos, nietos y bisnietos. Nuestra generación, la gente que está entre los 20 y 35 años, vamos a ser quienes pongamos nuestras ideas, con el anhelo de no estar divididos.–¿Cuáles son los recuerdos de su infancia?H.P.C.: –Me acuerdo de los padres que no fueron mis padres. No tengo recuerdos felices de mi niñez. Esto no va muy bien, hubiese querido algo más sano. Recién empiezo a entender lo que encontré hace un año y la experiencia de estar en esa familia que me crió es difícil.C.G.: –Teníamos millones de preguntas...–En Nietos hay un testimonio estremecedor: una abuela tiene en sus manos un grabador. De ahí sale la voz de su hija, desaparecida, quien le habla a su propia hija, que también continúa desaparecida. El relato parece guionado...B.A.: –Si hubiese hecho una película de ficción, hubiese tenido que sacar esas palabras porque el guión sería inverosímil. La mujer se llamaba Martina Ruiz Deschand, y hacía escuchar un casete que tenía guardado. Esa mujer tenía 17 años y le habla a su hija, le dice que todo lo que hacen es por ellos, por la revolución, que vendrá un futuro mejor. Yo creo que el cine documental tiene que ser fuerte, que la imaginación no puede llegar mucho más allá. A veces, lo intelectual no es realista. Es impresionante tener la voz de tu mamá, cuando te la arrebataron.H.P.C.: –Cuando escuché este testimonio, era como si me lo dijeran a mí. Uno tiene un sentimiento muy compartido de compañerismo.–Mi reino por un recuerdo...B.A.: –Exactamente. Siempre que encuentro gente que conoció a mis viejos, les pregunto cómo era mi mamá. Envidio a la gente que tiene filmaciones. Nací en Ramos Mejía, mi tío era médico y solía filmar los partos que hacía. En algún momento se pensó que mi parto podía estar filmado, pero buscamos y buscamos y no encontramos. H.P.C.: –Alguien filmó a mi vieja en un casamiento de una tía mía. Un día me dieron el video, llegaba de trabajar y puse el video... y me atraganté. La vi a mi vieja bailando, fue impresionante. Lo más impresionante es encontrar las cosas de uno en alguien, lo que buscaba estos años: a quién me parezco