viernes, 5 de junio de 2009

Palabras para Julia




La vida es bella, ya verás (…) Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso (de la canción Palabras para Julia)MIRIELA FERNÁNDEZ LOZANO Fue Horacio quien por primera vez me habló de esa canción. Una tarde, en casa de la documentalista Estela Bravo. A ella le debo mi acercamiento a parte de la historia argentina recogida en Quién soy yo, el material que dirigió en el año 2007 sobre la búsqueda de los niños desaparecidos durante la dictadura por las Abuelas de Plaza de Mayo. También fue Estela quien me abrió las puertas para esta entrevista. Horacio hoy. Hasta la fecha son 97 los niños hallados por las Abuelas de Plaza de Mayo. En total fueron 500 los menores desaparecidos durante la dictadura, que comenzó en 1976 con el golpe militar de Jorge Videla y se extendió hasta 1983. Por el documental, sabía que el pasado de Horacio Pietragalla comenzaba en 1976, cuando ya el sosiego había sido exiliado de Argentina por los militares; que su infancia había quedado en una familia ajena a la suya, y que a los 26 años, al conocer que no se llamaba César, sino igual que su padre, empezó a llenar los abismos de su verdadera historia. "Haber encontrado mi identidad ha sido una suerte ––me dice––, pues en mi país hay gente que vive aún en una interrogante interminable. Yo también estaba desaparecido. Y de golpe, recuperé mi verdad, la de mis viejos, volví a tener mi nombre. A pesar de todo, eso es una victoria, una victoria de la vida". En los brazos de su madre Liliana Corti. Sus padres, Horacio Pietragalla y Liliana Corti, dejaron de verse en 1975. El tiempo reveló que ese mismo año Pietragalla fue asesinado en Córdoba por un comando de la Triple A, encargado también de ocultar su rastro en una fosa común. Liliana corrió igual suerte durante un operativo en una casa de Villa Adelina, en los alrededores de Buenos Aires, donde se hallaba clandestina. Era agosto de 1976, cinco meses después del nacimiento de Horacio. "Me contaron que ese día yo estaba con mi madre. A mí me secuestran y luego, un militar llamado Hernán Tetzlaff, quien también se había apropiado de Hilda Victoria, otra hija de desaparecidos, me puso en manos de su emplea-da doméstica. Allí viví sin que se dijera una palabra sobre mi verdadera identidad. "Sin embargo, siempre sentí que no pertenecía a ese lugar. Tuve muchas sospechas. Primero, por las notables diferencias físicas. De niño, La Historia Oficial, una película que relata un caso de apropiación y un contexto muy similar al que yo vivía en aquella casa, me impactó mucho. Después de cumplir los 14 años, leer el libro Nunca Más, en el que aparecían denuncias de las torturas en los centros de detención y donde figuraba el nombre del militar que se decía mi padrino, acrecentó mi incertidumbre."¿Cuándo te decides a enfrentar esas dudas? "En 1996 los tribunales declaran que Hilda, quien había crecido a mi lado, era hija de desaparecidos. Fue un choque muy fuerte. La noticia resultó otro motivo para arrojarme a la búsqueda, y en ese proceso, mi novia de entonces encuentra, en una de las páginas digitales habilitadas por las Abuelas de Plaza de Mayo, que desde años atrás investigaban mi destino, una foto de mi madre. Mi parecido con aquel rostro era extraordinario, demasiado evidente. Los resultados de los análisis genéticos en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que recibí en abril del 2003, cambiaron mi vida."¿Cómo fue el encuentro con tus familiares? "Muy emotivo. Cada vez que las Abuelas de Plaza de Mayo hallan a uno de los niños apropiados durante la dictadura hay un festejo. En mi caso, cuando entré a aquel local, estaban mis tías y compañeros de lucha de papá. Enseguida se sucedieron los abrazos. "Para mí ese encuentro fue muy significativo porque a partir de ahí comencé a reconstruir la vida de mis viejos, a conocer de forma más profunda la militancia juvenil, a involucrarme en su historia. Ahora tengo miles de anécdotas sobre ellos."En ese momento Horacio se detiene. Y siento, cuando regresa de sus pensamientos, la brisa de nostalgia que corre en sus ojos. "Una compañera de mamá me contó que siempre la oía cantar Palabras para Julia, una canción de esa época. Hoy, cada vez que la escucho pienso en ella, la tengo más cerca. Para muchos hijos de desaparecidos son esas pequeñas cosas las que nos ayudan a conocer a nuestros padres, a vivir los recuerdos que no tenemos." Junto a mí están sentados Estela y su esposo, el doctor Ernesto Bravo. A esa altura del diálogo ya no soy la única entrevistadora y ellos, que han seguido la conversación casi desde su inicio, también conducen su rumbo: Estela: ¿Cómo ha sido compartir la labor de las Abuelas de Plazo de Mayo? "Desde que recuperé mi identidad soy miembro de la asociación y no he dejado de colaborar con su trabajo; para mí tiene mucho significado social y político. Como a otros, las Abuelas me lo devolvieron todo. "Entre nosotros, los jóvenes encontrados, existe mucha comunicación, confianza, pues nos unen historias similares. Sin embargo, para algunos aceptar la verdad no ha sido fácil después de vivir tanto tiempo en familias que defendieron la dictadura, bajo esos principios, o bajo un estricto secreto. "El Gobierno de Cristina Fernández ha apoyado a Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas, y hecho esfuerzos para que se haga justicia y los represores sean llevados a los tribunales. Pero hay obstáculos como el pacto de silencio de los militares que dilatan este proceso. Aunque las Abuelas no se detienen. Su lucha ha sido al lado del amor y eso le ha valido el respeto y la ayuda de muchos."





entrevista en cuba x el granma

el viernes, 10 de abril de 2009 a las 10:42

“Un fallo contra los análisis de ADN sería como poner una lápida”

EL PAIS
Las Abuelas de Plaza de Mayo advirtieron ayer en una rueda de prensa sobre el peligro de que la Corte Suprema falle en contra de los exámenes genéticos para identificar a hijos de desaparecidos.

Por Victoria Ginzberg
“Un fallo de la Corte Suprema en contra de los análisis de ADN para los hijos de desaparecidos sería como poner una lápida sobre estos chicos, que están como rehenes, secuestrados e influenciados por sus apropiadores”, aseguró ayer Estela de Carlotto. Las Abuelas de Plaza de Mayo se pronunciaron con dureza contra una eventual decisión del máximo tribunal que trabaría los estudios genéticos para establecer la identidad de los niños, hoy jóvenes, robados durante la última dictadura militar. La institución anunció que, si eso se concreta, va a recurrir a organismos internacionales. “Si tienen hijos y nietos, que entiendan lo que es buscarlos durante tanto tiempo”, dijo, para los Supremos, Angélica Bauer, quien podría ser la abuela de Evelyn Vázquez. La Corte Suprema se apresta a dictar una sentencia referida a Evelyn, una joven que habría nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y sería la hija de los desaparecidos Susana Beatriz Pegoraro –secuestrada cuando estaba embarazada de cinco meses– y Rubén Santiago Bauer. “Sus ladrones la apropiaron siendo una frágil bebita, arrancándola de los brazos de su mamá”, narró Carlotto ayer en una conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. Evelyn fue ubicada por las Abuelas en marzo de 1999. Había sido inscripta como hija propia por el suboficial de la marina Policarpo Vázquez y su esposa Ana María Ferrá, quienes confesaron ante la Justicia que la niña les fue entregada por personal de la Armada. En un primer momento Evelyn accedió a hacerse el estudio de ADN pero luego se echó atrás. Las Abuelas creen que el cambio de postura se debió a “la influencia de su entorno y a los consejos de los abogados de Vázquez”. “Las instancias judiciales nos sitúan en que la solución a esta gravísima situación se encuentra en un dilatado e injusto tiempo en la Suprema Corte. La extracción compulsiva es la única salida para una necesaria reparación. La compulsividad no ha sido nuestro deseo y objetivo, sino recuperar a nuestros nietos robados. Si la inoperancia, errores, malos o equivocados procedimientos de la Justicia llevan a la aplicación de esta situación, la misma deberá resolverse con respeto y mesura”, afirmó Carlotto. Ramón Torres Molina, abogado de la institución, adelantó que ante un fallo contra los análisis de la Corte –que según se prevé va a salir el martes próximo– denunciarán ante organismos internacionales al Estado argentino por violar pactos sobre derechos humanos, como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre Desaparición Forzada de Personas. Angélica Bauer, quien sería la abuela de Evelyn –y sólo el análisis podría disipar esta duda– afirmó que no quiere presionar a la joven. “Ella puede hacer su vida, lo que quiero es la posibilidad de saber si es mi nieta”, aseguró. Silvia Stritzler, la tía del joven que fue anotado como Carlos Ferettón, quien también se niega a realizar el análisis de ADN y en cuyo caso se expidió la Cámara de Casación –en contra del estudio– acompañó a las Abuelas en la conferencia de prensa. “Fallar contra los análisis es encubrir el secuestro del que los chicos y las familias seguimos siendo víctimas. Por eso esperamos que el Presidente de la Nación se pronuncie sobre este tema”, aseguró Stritzler. “Sabemos que Evelyn está mal. ¿La vamos a condenar a seguir viviendo en esta incertidumbre?”, se preguntó Carlotto. Las Abuelas también tienen dudas acerca de por qué ahora la Corte cambiará su jurisprudencia, si cuando los hijos de desaparecidos eran menores de edad, el tribunal convalidaba los estudios genéticos. Entre los periodistas y miembros de distintos organismos de derechos humanos que poblaron ayer la casa de las Abuelas, estaba Horacio Pietragalla, quien recuperó recientemente su identidad. “Hacerse el análisis cuesta, da temor por lo que pueda pasarle a tus ‘viejos’, pero yosabía que había una familia con la esperanza de encontrarme. El análisis no produce daño, el daño fue hecho hace 26 años”, dijo a Página/12.
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Reconstrucciones

OPINION

Por horacio pietragalla corti *

Repasando estos años que convivo con la verdad no puedo dejar de recalcar lo importante que fue para mí saber quién soy. Desde el primer día que recibí el resultado del análisis de ADN sentí la necesidad de poder armar la historia que se me había robado, ocultado. Fueron fuertes las ansias de saber cómo eran papá (Horacio Pietragalla) y mamá (Liliana Corti) en el ámbito social, político y familiar. Claro, era la necesidad de reconstruir la identidad de mis padres, para empezar a reconstruir la mía. Recuerdo como si fuera hoy las preguntas que hacía a amigos y familiares sobre qué música escuchaban, qué los enojaba, cómo sentían. Pero ninguna de las respuestas me bastaba, eso me angustiaba, ya que sentía que nunca podría conocerlos del todo. Hasta que un día, aturdido por pensar cuán injusto fue no poder conocerlos, me miré al espejo y me di cuenta de que tenía que conocerme, para conocerlos a ellos, claro; yo soy parte de ellos. Así también fue sorprendente empezar a comprobar cuánto queda genéticamente tatuado en nuestro cuerpo: saber que esos mariscos que volvían locos a mis viejos, también me enloquecían a mí. Hoy puedo decir que encontrar las respuestas a todas las preguntas que generaban mis dudas no fue fácil; para hallarlas tuve que estar tranquilo y encontrar el tiempo y el equilibrio para poder ordenar las respuestas en los cajones correctos. Hoy ando por la vida sin dudar, y sólo puedo agradecer esto a mis padres biológicos, mis únicos y verdaderos padres, y a las Abuelas de Plaza de Mayo. Pero estas Abuelas que tanto anduvieron no podrían haber logrado lo que hoy lograron sin la ayuda de parte de la sociedad. Las distintas actividades hacen de Abuelas hoy una asociación que no sólo busca a sus nietos, sino también educa en el derecho a la identidad. Teatro X la Identidad forma parte de estas actividades, ya que éste es el quinto año que lleva transmitiendo desde las tablas nuestra problemática y la de toda la sociedad argentina. A las funciones de TXI concurren muchos jóvenes con dudas, por eso basta con que un solo joven se acerque a Abuelas movilizado por el mensaje de las obras, para que el objetivo esté cumplido.* Uno de los jóvenes que recuperó su identidad gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.
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Escudo protector contra los Patti

Cerca de la media sanción para inhabilitar a los represores. Nota en Página 12.


Periodísticas Legislativas 21 de mayo de 2009

Por Diego Martínez

La diputada Victoria Donda.
Imagen: Pablo Piovano
Con decenas de representantes de organismos de derechos humanos en los palcos desde primera hora, la Cámara de Diputados aprobó finalmente anoche el proyecto de ley que inhabilita a imputados por graves violaciones a los derechos humanos a asumir en cargos públicos. La norma la propuso hace ya quince meses la diputada y nieta restituida Victoria Donda, de Libres del Sur, e implicará modificar la Ley de Etica Pública, el Código Electoral y la Ley Orgánica de los Partidos Políticos para impedir que torturadores como Luis Patti, cuya impugnación resolvería hoy el juez electoral platense Manuel Blanco, puedan volver a presentarse como candidatos.
“¡Néstor, la ley para que no asuman represores!”, gritó de palco a palco Horacio Pietragalla, hijo de desaparecidos, al ex presidente Kirchner, presente por la asunción de Jorge Rivas. Como la jura del diputado insumió más de media hora y ya era imposible votar el tratamiento sobre tablas, Donda propuso y consiguió que tres cuartos de la Cámara aceptara apartarse del reglamento y que dos tercios se comprometiera a analizar el proyecto. La tarde pareció consumirse luego en discursos de homenaje a Raúl Alfonsín.
–¡No se vayan! –gritó Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo.
–No nos vamos, se fueron los de la oposición –aclaró tres pisos abajo Agustín Rossi, del Frente para la Victoria, que en noviembre se comprometió sin éxito a tratar el proyecto en comisión. Salvo contadas excepciones, el PRO y la UCR se habían ido del recinto.
La insistencia de Donda, el aguante de Madres, H.I.J.O.S., Familiares, CELS, Hermanos y demás militantes de distintas generaciones y la presión de legisladores del FpV a sus compañeros más remisos dieron al fin su fruto. Poco antes de las diez comenzaron las exposiciones: Remo Carlotto, Marcela Rodríguez, Rossi, Donda, Eduardo Macaluse. Nadie argumentó en contra del proyecto. Donda y demás impulsores pretendían que la “prueba suficiente de participación” en secuestros y torturas alcanzara para excluir a ex represores, pero tuvieron que bajar las pretensiones para lograr consenso. Los sectores duros del PJ condicionaron su apoyo a la exigencia de procesamiento. Así fue. Minutos antes de las once, con 131 votos a favor (todo el FpV, el ARI y el SI), cuatro abstenciones y 123 ausentes, se aprobó la norma en general, que ahora deberá tratar el Senado

“Hay más que una banca en juego”


UNA ABRUMADORA MAYORIA DE DIPUTADOS IMPUGNO EL DIPLOMA DE LUIS PATTICon 212 votos afirmativos, ocho en contra y nueve abstenciones, fue impugnado el diploma del policía por haber cometido crímenes de lesa humanidad. Ahora será tratado por la Comisión de Peticiones, al igual que el de Borocotó, quien sí pudo jurar.
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Patti se despidió después de emitir su discurso y antes de que los diputados votaran en su contra.

Por Adriana MeyerLo intentó, se sentó en la banca, dijo que era “la primera vez que un policía llega a este sitio”, pero se tuvo que ir. La Cámara de Diputados impidió ayer, por enorme mayoría, que el ex subcomisario y diputado electo Luis Abelardo Patti, acusado por gravísimos crímenes de lesa humanidad, asumiera como legislador en el cargo que ganó en las elecciones de octubre, en alianza con el duhaldismo residual. “Lo que está en juego acá no es una banca sino la salud moral de la República”, expresó con toda su voz el diputado Miguel Bonasso durante la caliente sesión preparatoria prevista para la jura de los legisladores y la elección de autoridades de la Cámara baja, mientras la barra de Patti gritaba desde los palcos. “Escucho ‘viva Videla’ y no puedo creer que alguien en el recinto de la democracia grite eso”, se horrorizó ese legislador cuyo discurso era interrumpido en forma permanente por la hinchada del ex subcomisario. Doscientos doce diputados votaron a favor de la impugnación del diploma de Patti, ocho lo hicieron en contra y nueve se abstuvieron. El otro cuestionado de la jornada era el médico Eduardo Lorenzo “Borocotó”, quien sí pudo jurar, aunque lo hizo en medio de un sonoro abucheo. “No miremos la historia con un solo ojo, y menos con el izquierdo”, advirtió Patti cuando se animó a hacer uso de la palabra, mientras desde otro palco le gritaban “asesino”, “cobarde”, “picanero” y “no hay perdón para vos”. Militantes de Abuelas de Plaza de Mayo, entre ellos los nietos recuperados Horacio Pietragalla Corti, Gastón y Manuel Gonçalvez, habían colgado una bandera con la consigna “Patti genocida”. Minutos antes, Pietragalla había saludado arrojando un beso con la mano a Estela Carlotto, quien acudió para la jura de su hijo, Remo. Este diputado fue otro de los impugnantes de Patti. “No puedo imaginar compartir pasillos con alguien que tiene las manos manchadas de la sangre de nuestros compañeros”, dijo Remo Carlotto a su turno. Poco antes de la ceremonia se enfrentaron dos grupos en la puerta del Congreso. Unos gritaban “Patti asesino”, los otros “montonero”, como si fuera un insulto. En las paredes exteriores del Palacio quedaron las pintadas en aerosol en su contra. La sesión que comenzó pasadas las 11 generó un clima de tensión política, similar a la que tuvo lugar en 1999 cuando había resultado electo el ex gobernador de Tucumán Antonio Domingo Bussi. Pero a diferencia de aquella en la que Bussi nunca vino a buscar su cargo, ayer el represor hizo su aparición en el recinto, habló y antes de que se votara la impugnación a su diploma se retiró saludando y diciendo: “Me voy con el pueblo, que es el que me votó”. Patti insistió en que no tiene causas abiertas y vociferó: “La justicia de la democracia me sobreseyó, en esta casa no hay que mentir”.Sin embargo, tal como había expresado Bonasso en su discurso, Página/12 verificó con una alta fuente judicial que el ex intendente de Escobar está procesado por el encubrimiento del teniente coronel Jorge Granada y del coronel Jorge Luis Arias Duval. Estos dos represores, acusados por la desaparición y muerte de varios militantes en 1980, fueron protegidos por Patti cuando la Justicia los requería en ese caso. La Cámara Federal confirmó el procesamiento hace dos años, por lo cual el expediente está a punto de ser elevado a juicio oral. Por este motivo Bonasso había instado a sus colegas a rechazar el diploma de Patti. “De lo contrario estaremos aprobando la impunidad para ponerse a disposición de la Justicia”, exhortó. Diana Conti, Carlos Tinnirello, Claudio Lozano, Eduardo Macaluse e incluso Jorge Vanossi se sumaron a las impugnaciones. La sesión continuó cuando el romerista José Manuel Urtubey leyó las impugnaciones presentadas contra Patti, Borocotó y la kirchnerista mendocina Susana Genem. Acto seguido, la diputada kirchnerista por Convergencia Araceli Méndez de Ferreyra comenzó a argumentar su impugnación contra Patti, pero la barra del represor tapaba su discurso. Luego habló Bonasso, quien comenzó diciendo que “la voluntad popular no es irrestricta, y si se pronunciara por la pena de muerte no podría imponerse”. El legislador acusó a Patti de mentir en cuanto a su situación judicial y en tal sentido enfatizó que tanto la causa por el asesinato de los militantes Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, como la que investiga la desaparición de Gastón Gonçalvez están en pleno trámite. Fue el diputado Tinnirello quien se encargó de recordar el paso de Patti en la intervención de Catamarca durante el caso María Soledad. “Trató de lavarles la cara a los Luque y a los Saadi... el policía perfecto, tratando de desviar la investigación hacia el crimen pasional”, expresó.Patti sólo fue apoyado por el discurso de su adherente Juan Carlos Bonacorsi, y por el duhaldista Jorge Landau, quien hizo una defensa más bien técnica. Al momento de la votación, los ex duhaldistas lo dejaron solo. Los únicos que se pronunciaron a favor de la jura del ex subcomisario fueron los adolfistas María Torrontegui, Luis Lusquiños y Claudio Poggi, los riquistas Hugo Franco, Jorge Garrido Arceo y María del Carmen Rico, y los bussistas Roberto Lix Klett y Eusebia Jerez. Votaron en su contra los diputados del PJ-Frente para la Victoria, el ARI, la UCR, el interbloque PJ puntano, el macrismo, el socialismo, la CTA y la izquierda. Hubo nueve abstenciones, entre ellas la de Borocotó, Luis Barrionuevo, Graciela Camaño y Carlos Ruckauf. Su diploma será analizado ahora por la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, en cuyo ámbito defenderse. Acto seguido se produjo la jura de los diputados agrupados por distrito y según la fórmula elegida. Hubo cierta sorpresa, incluso en el oficialismo por la deserción de Rafael Bielsa, quien ocupará la embajada en Francia en lugar de su banca (ver página 4). Apartándose del protocolo, la entrerriana Blanca Osuna y la chaqueña Gradys Zotto incluyeron a los desaparecidos en su juramento. Llamó la atención que Elisa Carrió prestara juramento sólo por la Constitución y la Patria. Y algunas fotos hubieran querido ser evitadas como la que reunió al kirchnerista Carlos Kunkel con la duhaldista Mabel Müller. El Congreso ayer demostró no haber olvidado las palabras del diputado Alfredo Bravo, cuando durante la sesión contra la asunción de Bussi expresó que de aquella votación dependía que esa institución “siga siendo honorable o reciba el oprobio de la población”.
Página 12; 7/12/05
Disponible en:pagina12.com.ar

Unos 200 bebés fueron robados a sus padres bajo el régimen de la Junta Militar

Miércoles, 27 de febrero de 2008 - 05:55 GMT
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Argentina: testigo clave muerto
Redacción BBC Mundo

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Un ex militar de Argentina investigado por supuesto robo de bebés durante el último gobierno militar (1976-83) fue hallado muerto pocos días antes de que se presentara a declarar ante la Justicia por acusaciones en su contra.
La policía confirmó que un cuerpo hallado el fin de semana en el Hotel Parque que la Fuerza Aérea Argentina posee en la localidad de Ascochinga, provincia de Córdoba, al noroeste de Buenos Aires, es del ex teniente coronel del Ejército Paul Alberto Navone, de 65 años,
Los investigadores hallaron un bala en su cabeza y una pistola cerca del cuerpo.
El cuerpo de Navone fue trasladado a la ciudad de Córdoba para hacerle una autopsia, dijeron fuentes policiales. Los investigadores no descartan la hipótesis de un suicidio.
La jueza de Paraná (Entre Ríos) Myriam Galizzi quería indagar a Navone sobre el destino de los hijos mellizos de Raquel Negro, desaparecida durante el gobierno militar.
Niños "robados"
Según testigos en la causa, Navone integró el grupo de tareas que llevó a la mujer desde un centro clandestino de detención en la ciudad de Rosario (Santa Fe) hasta el hospital militar de Paraná para dar a luz a principios de 1978.
El padre de los mellizos fue identificado como Tulio Tucho Valenzuela, dirigente de la agrupación de izquierda Montoneros y que permanece desaparecido.
El traslado de Negro al hospital de Paraná fue confirmado por el ex agente de inteligencia Eduardo Constanzo, que declaró a la jueza que el mellizo varón murió poco después de nacer, mientras que la niña fue abandonada en la puerta de un orfanato de Rosario.
Defensores de los derechos humanos creen que Navone pudo haber sido asesinado para prevenir que revele detalles de un caso traumático que conmocionó al país.
Lea: Ex ministro detenido por secuestros
Los grupos de derechos humanos estiman que unos 200 bebés fueron robados a sus padres para ser dados en adopción a parejas sin hijos que trabajaban o eran simpatizantes de aquel gobierno, indica el corresponsal de la BBC en Buenos Aires, Daniel Schweimler.
Luego, los padres biológicos desaparecían, "probablemente entre los 30.000 muertos" durante la llamada "Guerra Sucia", agrega el corresponsal.
Se han identificado a 88 de esos niños, que ahora tienen entre 20 y 30 años.
Fueron localizados por abuelas que formaron una organización de derechos humanos conocida como las Abuelas de Plaza de Mayo.
Testigos
Este grupo exhortó a las autoridades argentinas a investigar la muerte de Navone, alegando que podría no ser el primer testigo, en casos de abusos a los derechos humanos, en ser "asesinado" o desaparecido en circunstancias misteriosas.
Se trata del tercer caso de ex militares procesados por crímenes durante el régimen de facto que son hallados muertos en los últimos tres meses.
En enero último, Néstor León López, un prefecto investigado por violaciones de los derechos humanos, fue encontrado muerto en un hospital.
Además, el 10 de diciembre de 2007, Héctor Febres, ex perfecto, fue hallado muerto por envenenamiento con una alta dosis de cianuro.

Primer caso hijo desaparecidos que recupera restos de sus padres

argentina-desaparecidos 16-12-2004


Un joven, que a los cuatro meses de vida fue secuestrado por el aparato represivo de la dictadura militar que imperó en Argentina (1976-83), se convirtió en el primer hijo de desaparecidos que logra recuperar los restos de sus padres.La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo informó hoy, en un comunicado, de que Horacio Pietragalla, quien conoció su verdadera identidad recién a los 27 años de edad, localizó los restos de su madre, Liliana Corti, que había sido sepultada sin identificación a las afueras de Buenos Aires.El joven recuperó su verdadera filiación el 4 de abril de 2003 y, tres meses después, gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, encontró los restos de su padre Horacio, que habían sido inhumados también sin identificar en un fosa común de un cementerio de Córdoba, en el centro del país.'Es el primer hijo (de desaparecidos) que recibe los restos de su mamá y su papá', destaca el informe de las Abuelas de Plaza de Mayo y agrega que la identificación de los restos de Liliana Corti se logró en el denominado Juicio por la Verdad, que tramita la Cámara Federal de la ciudad de La Plata para conocer el paradero de los desaparecidos durante la dictadura.Hasta ahora se conocían unos pocos casos de hijos de desaparecidos que sólo han logrado localizar los restos de uno de sus progenitores.Liliana Corti, estudiante de Psicología, pertenecía a la organización guerrillera Montoneros y junto con su marido desarrollaba trabajos políticos y sociales en un barrio pobre de la capital argentina.Según el comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo, Horacio Pietragalla fue asesinado el 13 de octubre de 1975 y el 11 de marzo de 1976 Corti dio a luz al hijo de la pareja.Cuatro meses más tarde, ya instalada la dictadura en Argentina, la mujer fue asesinada por un comando militar. 'El bebé se encontraba con ella y fue apropiado', señala el informe de Abuelas de Plaza de Mayo.Los restos de Liliana Corti fueron sepultados como 'NN' (sin nombre) en un cementerio de las afueras de Buenos Aires y exhumados en 1984, pero en ese entonces los peritos no lograron identificar el cadáver.El Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en Bolivia en la exhumación de los restos del mítico guerrillero argentino-cubano Ernesto 'Che' Guevara, individualizó los restos de la mujer cuando intervino en el Juicio por la Verdad.Según organismos de derechos humanos, unas 30.000 personas fueron víctimas del delito de desaparición forzosa durante la dictadura, mientras que la Justicia y las entidades oficiales sólo lograron recopilar datos sobre unos 18.000 desaparecidos.